Un informe del Observatorio de Políticas Públicas la Universidad Nacional de Avellaneda (Undav) advierte además que la aceleración del crecimiento de este instrumento es tal que “ya se renuevan un promedio de $170.000 millones por semana, 95% más que al inicio del régimen, lo cual suma presión sobre la hoja de balance del BCRA”. Si bien el stock en Leliq aún es alrededor de 30 por ciento menor al pico de las extintas Lebac ($1,2 billones), lo que más preocupa es la tendencia creciente a gran velocidad.
Las Leliq son títulos de deuda en pesos de muy corto plazo, que sólo pueden adquirir los bancos. Pero en la práctica, el respaldo de las Leliq en mano de las entidades financieras son los depósitos de plazo de los ahorristas.
En ese sentido, cumplen la misma función que las desaparecidas Lebac, que el Fondo Monetario Internacional ordenó sacar de circulación cuando se tornó evidente la consecuencia del descontrol que generaban en el sistema financiero. Sin embargo, las Leliq parecen seguir el mismo camino que sus antecesoras: al 15 de enero, último dato oficial, había títulos por $ 850 mil millones, equivalente al 62 por ciento de la base monetaria. “Es esperable que se quiebre la barrera del billón de pesos antes del final del primer trimestre”, anticipa la Undav.
Cuando se compara los intereses pagados con diferentes partidas “sensiblesˮ del gasto público, se tiene una medida cabal de la magnitud de la deuda en Leliqs.
Por caso, por cada $100 pagados en concepto de intereses de Leliqs en solo 4 meses, se tiene el equivalente a $38,7 destinados al presupuesto anual de Ciencia y Técnica, $20,4 destinados a la obra pública de agua y alcantarillado, y $10,6 destinados a políticas de vacunación, entre otros.
De este modo, cuando se compara el promedio mensual de intereses pagados por Leliqs con diferentes medidas de ingresos, se tiene que estos desembolsos serían suficientes para abonar un total de 2.7000.000 salarios mínimos, 3.200.000 jubilaciones mínimas y 16.500.000 asignaciones universales por hijo.