Todos los transportes públicos del írea Metropolitana de Buenos Aires verán incrementar sus tarifas, afectando de lleno a las trabajadoras y trabajadores. De este modo, los colectivos aumentarán un 40% entre el mes de enero y el de marzo, pasando a costar 18 pesos el boleto mí­nimo. Una tarifa que en diciembre de 2015 era de 3 pesos, ya acumula desde que asumió el gobierno de Cambiemos un incremento del 600%.

Del mismo modo, los trenes aumentarán un 42% en promedio. El mí­nimo en las lí­neas Sarmiento, Mitre y San Martí­n llegará hasta los 12,25 pesos, mientras hoy se abona 8,75 pesos. De este modo, el principal medio de transporte para conectar la provincia y la ciudad de Buenos Aires, suma en promedio un 613% de aumento desde 2015.

En el caso del subte, el pasaje que hoy tiene un valor de 14,5 pesos,  pasará a 21 pesos para comienzos de abril. Desde 2015, este medio de transporte fundamental en zonas urbanas tuvo un incremento de 341%, pero todaví­a estamos esperando los 10 kilómetros anuales de subte que prometiera Mauricio Macri para lograr ser alcalde de la Ciudad de Buenos Aires allá por 2007.

Por su parte, los servicios públicos continúan con la tendencia de ser un bien de lujo y no un derecho básico. Las tarifas dolarizadas generan que el gas aumente un 31% para el mes de abril, acumulando un 1730% de aumento desde que Mauricio Macri llegó a la Rosada. Asimismo, la energí­a eléctrica añadirá a sus ya abultadas tarifas un 55% para el área metropolitana a incrementarse en cuatro tramos hasta el mes de agosto, sumando de este modo un aumento del 2600% en los últimos 3 años. El agua, por su parte subirá un 48,5% en dos tramos, el primero ya en vigencia y el segundo en el mes de mayo, llevando los aumentos a 1527% desde diciembre de 2015.

Las empresas de medicina prepaga también fueron autorizadas por el gobierno nacional para volver a incrementar sus cuotas. En este caso, el aumento será de un 5% en el mes de marzo, acumulando un 178%, quedando por encima tanto de la inflación media como de los aumentos de los costos que las prepagas deben afrontar. No conformes con esto, los usuarios también deben pagar sumas cada vez más altas en concepto de bonos o copagos para consultas y estudios complementarios, llegando a sumas de hasta 500 pesos por intervención. De este modo, se incrementa la migración de los trabajadores y trabajadoras a las obras sociales sindicales o al servicio de salud público ya saturado producto de la falta de inversión por parte del gobierno.

Con la mayorí­a del gabinete nacional disfrutando de sus vacaciones y del aumento salarial del 25% que se auto adjudicaron, los trabajadores y trabajadoras ven aumentar las tarifas de todos los servicios, generando una retracción aun mayor de la economí­a. El impacto en las familias argentinas así­ como en las industrias se visualiza como un espiral del que sólo se podrá salir con un gobierno que vuelva a encauzar los servicios como derechos y no como bienes de mercado al que sólo accedan unos pocos. Pagar los servicios en cuotas o desplazarse a pie por interminables cuadras al no poder afrontar los costos del transporte público; no debe ser una opción para el pueblo trabajador.