Hace un 1 fue encontrado el cuerpo de Maldonado. La causa sigue como “desaparición forzadaˮ
-Hola Gomecito, Pablo Badie te habla. Escuchame Gomecito, ¿quién puede saber algo más de lo que pasó?
Gomecito era Daniel Gómez, el primer alférez del Escuadrón 35 (El Bolsón) y Badie, el jefe del Escuadrón 36, de Esquel. Esta conversación fue encontrada en el teléfono celular de Gómez, registrada a la semana de la desaparición de Santiago Maldonado. Cuando volví a recaer en esas palabras, luego de la publicación del libro “Santiago Maldonado, un crimen de Estadoˮ, creí escuchar algo que no había detectado en su momento.
¿Acaso Badie sospechaba de algo que los uniformados que estuvieron sobre el río como producto de la represión ilegal de la Gendarmería habían ocultado información deliberadamente? ¿Badie sabía algo y quería corroborarlo con uno de los agentes que estuvo sobre el río, junto a Emmanuel Echazú?
El jefe del Escuadrón 36 quería saber qué había sucedido en el río aquel 1 de agosto de 2017. Hoy, 17 de octubre, se cumple un año de la aparición sin vida del Brujo. Y a pesar del tiempo transcurrido, o mejor dicho, gracias al tiempo transcurrido, ninguno de los responsables directos de su desaparición y muerte fueron investigados. Esta responsabilidad le cabe tanto al primer juez de la causa, Guido Otranto, la actual fiscal, Silvina Avila, como así también al Poder Ejecutivo Nacional, con Patricia Bullrich a la cabeza. Y también al actual magistrado del caso, Gustavo Lleral, quien desde un principio sostuvo que su objetivo era dilucidar la “verdad históricaˮ de lo que había sucedido, pero hasta el momento no ha mostrado indicios de pretender investigar a la Gendarmería.
Aquel octubre fue un mes triste, no sólo en Esquel. El alma dolía en cada rincón. El cuerpo de Santiago apareció flotando en el río Chubut, en el mismo lugar donde la Prefectura había rastrillado al menos en dos oportunidades. Hay una imagen que lo explica todo. Sergio Maldonado, hermano de Santiago y su compañera Andrea Antico estuvieron más de ocho horas custodiando la escena, repasando de manera mental centímetro a centímetro esa entreverada zona del río. Ocho horas tortuosas que tenían una razón. “Desconfiamos de todo y de todosˮ, manifestó Sergio durante una conferencia de prensa al día siguiente. Motivos no le faltaban.
Julio Saquero y Mabel Sánchez, representantes de la APDH de la Comarca Andina, atestiguaron el momento en que un prefecto avisó por handy que el operativo había dado positivo. “Su cuerpo estaba flotando, era como si estuviera en movimiento, como viniendo de arribaˮ, fue la primera impresión de Mabel. A pocos días del hallazgo del cuerpo, en un café ubicado a media cuadra del Juzgado Federal de Esquel, sobre la calle 25 de Mayo, Saquero seguía sosteniendo lo mismo que había denunciado el 2 de agosto: que lo sucedido con Santiago Maldonado era responsabilidad de la Gendarmería.
“El problema no está sólo en el río, está en la autoridad. Hay que seguir a Noceti, no a los gendarmesˮ, sostenían desde la APDH. Indagar sobre el accionar de Noceti era y es desentrañar las operaciones de encubrimiento de las máximas autoridades del Ministerio de Seguridad, con Bullrich a la cabeza.
Como sostuvo en algún momento Sergio Maldonado, la investigación penal todavía no comenzó. El resultado de la autopsia (muerte violenta por asfixia por sumersión coadyuvado por hipotermia), conocido el 24 de noviembre, debió haber sido un dato más dentro de una investigación penal compleja, un rompecabezas con piezas manchadas de impunidad PRO, cuya carátula sigue siendo “desaparición forzada de personaˮ.
El gobierno impune de Mauricio Macri podrá ganar tiempo. Pero las Madres y Abuelas nos enseñaron que los procesos de “Memoria, Verdad y Justiciaˮ pueden tardar en llegar, pero llegarán al finˮ¦
*Periodista. Publicado originalmente en Cadena Sur.