Polí­tica

Macri en El Paí­s de las Maravillas

Durante los cuarenta minutos que duró su discurso de apertura de las sesiones ordinarias, el Presidente describió una realidad invisible para la mayorí­a de los argentinos, abusó de generalidades sin dar cuenta de acciones concretas de gobierno, faltó a la verdad en términos económicos y tuvo groseras omisiones.

Fiel al estilo de Jaime Durán Barba, el Jefe de Estado recurrió a eslóganes vinculados a la verdad, la esperanza, el esfuerzo para no referirse a los actos de Gobierno dado que en más dos años tiene magros resultados para exhibir en beneficio de la mayorí­a de los ciudadanos.

Aseguró que ahora finalmente el paí­s está creciendo. Para ello, aseveró que el paí­s va camino a reducir la inflación, el déficit y el endeudamiento. Destacó que el nivel de precios está a la baja al igual que el desempleo, y que ha mejorado la inversión. La realidad dista mucho del panorama que pintó el Primer Mandatario.

En sus dos años de mandato, hubo una inflación acumulada cercana al 65 por ciento que no va a ceder en tanto se profundicen los tarifazos de los servicios públicos, la devaluación y la suba de los  combustibles. La pérdida de entre diez y quince puntos de poder adquisitivo de los salarios en estos años desmiente sus dichos sobre que las remuneraciones le ganaron a la inflación.

En cuando al déficit, se mantiene el fiscal y el rojo comercial fue el más grande de la historia. El nivel de endeudamiento vertiginoso no para colocando a Argentina en el paí­s que más deuda externa contrajo. La inversión productiva no sigue en descenso y lo único que aumenta es la especulación financiera que conlleva a una fuga de capitales monumental. En relación a la industria y la construcción, están cuatro y dos puntos respectivamente por debajo de los niveles de 2015. Mintió  Macri cuando aseguró que el desempleo está descendiendo: durante su gestión subió del 6,5 al 8,6%.

Se refirió a la necesidad de adaptar el trabajo al siglo XXI en lo que se puede leer como una propuesta para avanzar en la flexibilización que viene impulsando Jorge Triaca. En ningún momento habló de defender los derechos de los trabajadores y las paritarias libres que con este Gobierno tienen un techo cada vez más bajo.

En otro orden de cosas, Macri se refirió a cuestiones de género que no puede más que celebrarse que formen parte de un discurso presidencial. Cabe observarse que su llamado a que las mujeres cobren lo mismo que los hombres no requiere de ninguna ley porque es un mandato que surge del artí­culo 14 bis de la Constitución. Sí­ se necesita que el Ministerio de Trabajo fiscalice y sancione a las empresas, labor que abandonó desde que Triaca conduce la cartera. El apoyo a que el Parlamento debata el aborto constituye una gran conquista del movimiento de mujeres que hace años viene instalando el tema en la sociedad.

El Presidente adelantó que buscarán aumentar la licencia por paternidad. Es una buena noticia el cambio de opinión de Cambiemos que meses atrás no quiso acompañar esa iniciativa presentada por los diputados Eduardo de Pedro y Mayra Mendoza.

La educación formó parte de la exposición presidencial. Pidió más inclusión, pero omitió que eliminó el fondo compensatorio docente, la formación docente, el plan Fines y restringió el Progresar. También bregó porque haya educación sexual obviando que existe una ley que su Gobierno incumple sin mencionar que eliminaron los programas de educación sexual.

Por último, hay que señalar que el Presidente pidió por un nuevo código procesal penal cuando fue él quien frenó la entrada en vigencia del código sancionado en 2015 que pasaba al sistema acusatorio y donde se le daba un lugar preponderante a las ví­ctimas. En esa lí­nea de ideas, solicitó regular las nuevas tecnologí­as de la información y la comunicación cuando fue él quien a través de un DNU desarticuló la ley de Argentina Digital que, entre otras cosas, declaraba a internet como un servicio público.

Macri dio un discurso alejado de la realidad, donde las metas que se proponen colisionan con lo que hizo durante este tiempo, sin poder mostrar logros de gobierno, ratificando el rumbo económico que ha empeorado todos los indicadores sociales y desbalanceado las cuentas públicas, y donde brilló por su ausencia cualquier mención a los jubilados, a quienes están siendo despedidos en el sector público y el privado, a la industria, al comercio, a los servicios públicos y a quienes están por debajo de la lí­nea de la pobreza.

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Ante el ajuste de Milei, más organización y construcción de nuevos desafíos para defender y mejorar la educación pública.
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