Comunicado de La Cámpora

EN DEFENSA DEL ESTADO DE DERECHO

El pueblo argentino está en alerta. El régimen macrista ha concretado anoche un nuevo atentado contra la democracia y la república. La orden de detención librada contra Cristina pasará a la historia de la infamia judicial. Las detenciones efectivizadas de Luis D ´Elí­a y Carlos Zannini, así­ como también la prisión domiciliaria de Héctor Timerman, violan cualquier jurisprudencia existente. Los procesamientos y prohibiciones de salir del paí­s que recayeron sobre Oscar Parrilli y Andrés Larroque resultan arbitrarias y delirantes. El panorama está claro, el Partido Judicial no se dedica a juzgar delitos, sino a cometerlos. A instancias de Macri y Magnetto, el juez Bonadí­o destruye todo aquello que a los argentinos tanto nos costó conseguir: la confianza en las instituciones, el debido proceso y el respeto por los que piensan distinto.

Las razones de esta nueva barbaridad son claras. El Gobierno tiene problemas para sancionar las leyes del paquetazo del ajuste: la reforma laboral aún no fue tratada en el Senado, y la reforma previsional ha levantado fuertes crí­ticas en toda la sociedad. Este ajuste despiadado sobre trabajadores, jubilados, empresas y familias empieza a generar un repudio cada vez más vasto. Por eso, para cambiar de tema, salieron de cacerí­a nocturna y metieron presos a dos compañeros. Por eso piden el desafuero de Cristina y su detención. Con Perón quisieron hacer lo mismo, y tampoco pudieron.

La “causaˮ que el juez Bonadí­o ha inventado para encarcelar opositores no podrí­a ser más vergonzante. Bonadí­o quien fuera apartado de la causa AMIA por encubrimiento, ahora encarcela por encubrimiento a otros, prescindiendo de juicio y condena. No hay vericuetos jurí­dicos que expliquen la barbaridad de anoche. Bonadí­o no se ampara en el derecho, sino en el clima de estigmatización de la oposición y fundamentalmente del kirchnerismo, instalado por los medios de comunicación desde hace varios años y cada vez más rabioso y brutal. En el régimen macrista, los kirchneristas carecemos de existencia moral. No se nos juzga por lo que hacemos, sino por nuestras presuntas “intencionesˮ, que siempre son malas y corruptas, sin pruebas ni procesos. Nos niegan garantí­as constitucionales: somos culpables de existir, y el único modo de no ir preso es no ser kirchnerista. Más allá de que el Memorándum con Irán no sea materia judiciable por tratarse de un tratado que pasó por el Congreso, más allá de que ni siquiera haya entrado en vigencia, es suficiente con que lo haya redactado el gobierno de Cristina: eso les basta para concluir que contiene algún delito. Con este modo de razonamiento criminalizante ya están presos, sin condena, Milagro Sala, Amado Boudou, Julio De Vido, Carlos Zannini, Luis D ´Elí­a.

En virtud de todo lo anterior, comunicamos lo siguiente:

1. Ratificamos la convocatoria a la movilización impulsada por los organismos de Derechos Humanos a la Plaza de Mayo para el dí­a de hoy.

2. En función de estas nuevas y alarmantes violaciones del Estado de Derecho, que ponen en riesgo derechos básicos de los ciudadanos y de la que los medios de comunicación son cómplices, nos declaramos en estado de alerta.

3. Consideramos que la persecución judicial contra opositores al Gobierno apunta a tapar el ajuste y amedrentar a la dirigencia polí­tica y sindical, como así­ también al conjunto de la sociedad.

4. En defensa del Estado de Derecho, convocamos a movilizarnos. Firmes y en paz.

 

 

Portada
Ante el ajuste de Milei, más organización y construcción de nuevos desafíos para defender y mejorar la educación pública.
Portada
Las Universidades Nacionales de la Argentina atraviesan una situación inédita en la historia: el presupuesto no alcanza para hacer frente a los pagos necesarios para mantenerlas abiertas, corriendo el riesgo de que millones de estudiantes se queden sin estudios, mientras que miles de docentes y no docentes están sufriendo un ajuste brutal en sus ingresos y ven peligrar sus fuentes de trabajo, de las que dependen miles de familias argentinas.