El Gobierno se quiere apoderar de una caja riquísima, a la que todas y todos aportaron, por medio de métodos nada honestos que desnudan su interés de quedarse con el dinero de los jubilados creando una fundación, una ONG privada, que ellos mismo van a administrar y controlar. De lejos se ven sus intenciones: repartirse esta caja.
Los adultos mayores se encuentran unidos y organizados, la edad no les impide movilizarse las veces que sean necesarias por sus derechos y los de sus hijos y nietos. Por eso marcharon a las puertas del PAMI, para que los escuchen.