Aunque Macri había prometido en campaña seguir con todo “lo bueno” y cambiar “lo malo”, para muchos ciudadanos, las políticas que lleva adelante Cambiemos son o bien una sorpresa o bien una desilusión.
Quienes vivimos en la Ciudad de Buenos Aires, donde el PRO gobierna desde 2008, si algo hemos aprendido en este tiempo es que el macrismo no le teme a los aumentos de impuestos y tarifas que recaen sobre los ciudadanos. Ejemplo de esto son los incrementos sufridos en los servicios de ABL, Patentes, Peajes, Subte y una larga lista que sigue. Tampoco es novedad el aumento de la deuda: Macri la multiplicó por 5 desde que comenzó su gestión.
Al igual que en la Nación, el PRO solo gobierna para los ricos en la Ciudad. Mientras que para viviendas y comercios hubo solo aumentos, para las grandes empresas se crearon los denominados “distritos” a partir de los cuales éstas obtuvieron el beneficio de no pagar mas impuestos.
Siguiendo esta línea, la semana pasada Cambiemos aprobó en la Legislatura de la Ciudad una ley para que las entidades financieras no paguen Ingresos Brutos cuando hacen operaciones de préstamos entre ellas. Así de simple: le bajan impuestos a los bancos. Mientras tanto, por segundo año consecutivo cierran las paritarias por debajo de la inflación al mismo tiempo que aplican tarifazos.
Esto ya era motivo suficiente para que hayamos votado en contra en la legislatura. Pero en este caso, esta ley afecta a toda la Nación: con esta baja de impuestos a los bancos el Pro busca más rendimientos financieros para que estos ayuden al BCRA a absorber los “pesos sobrantes”. Esto no es más que un eufemismo para decir que quieren enfriar la economía y seguir con el ajuste.
Desde que asumió Macri, el FPV de la Ciudad presentó varios proyectos para frenar el ajuste, o que por lo menos no afecte tanto a los sectores que no pueden hacerle frente. En medio de eso, el PRO le baja los impuestos a los bancos para darle otro empujón al pedal de la bicicleta financiera.
*Legisladora (FPV) de la Ciudad de Buenos Aires.
