“Siria viene con un enfrentamiento desde hace dos años y medio, han muerto más de 150 mil personas, y el 99,99 por ciento de esas personas han muerto por medio de armas convencionales, no armas químicas. (ˮ¦) Porque Dios mío, ¿hubo que esperar que murieran 1.000 personas con armas químicas para descubrir que habían muerto 150.000? ¿Por qué no se decretó el embargo de armas hace 2 años para evitar que muriera tanta gente?“, se preguntó CFK en la Asamblea general de la ONU en 2013.
Hoy nos preguntamos lo mismo, hace 6 años que deberían embargarse las armas para frenar el conflicto en Siria.
El pasado 4 de abril, un supuesto ataque con armas químicas en la provincia de Idlib causó la muerte de 80 personas. El gobierno estadounidense rápidamente acusó al gobierno sirio de utilizar estas armas, a pesar de haber desactivado todo su arsenal químico en 2015 bajo supervisión internacional.
Antes que cualquier investigación pueda llevarse a cabo para definir quién usó esas armas, 59 misiles crucero fueron destinados a la base aérea donde supuestamente despegaron esos aviones: 15 muertos más, 6 militares y 9 civiles.
Estados Unidos bajo el mando de Trump se animó a hacer lo que no había hecho con Obama, atacar directamente al legítimo gobierno sirio.
El gobierno de Trump se cree con derecho de violar la soberanía siria y actuar como una especie de juez internacional para castigar un acto, sin investigación previa ni derecho a la defensa, cuando pocos días antes ˮ“ el 24 de marzo en Mosul, Irak ˮ“ mató por “accidenteˮ a 200 civiles. Estados Unidos ahora vuelve a exigir la partida de Al Assad del gobierno sirio. Parece que por más que cambió el presidente, la política exterior sigue siendo la misma.
Tras el ataque subió el precio del petróleo y las acciones de la compañía que fabrica los misiles. Los que ganan son siempre los mismos, el que pierde es el pueblo sirio.
“Cuánta irracionalidad, cuanta injusticia. No hay guerras justas, no hay guerras justas, sólo la paz es justa.ˮ, Cristina Fernandez de Kirchner, 2013.