Buenos Aires

Hay cosas que no se borran ni se olvidan

En medio de dos fechas tan importantes y tristes para los argentinos como lo son el 24 de marzo y el 2 de abril, el intendente de Dolores, Camilo Etchevarren (Cambiemos), mandó a sus empleados municipales a borrar los pañuelos blancos de la plaza Castelli de dicha ciudad, sí­mbolo de lucha, templanza y amor para todos los argentinos.

En un hecho lamentable, ruin e injustificado, el intendente se ubicó en la misma lí­nea negacionista que el presidente Mauricio Macri y muchos de sus funcionarios han querido instalar desde el inicio de su gobierno, intentando relativizar los crí­menes del terrorismo de Estado.

El material utilizado para corroer las pinturas de los pañuelos sobre las baldosas (un ácido que además está prohibido para ser utilizado en espacios públicos), no pudo borrarlos, porque hay cosas que no se borran ni se olvidan.

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Las Universidades Nacionales de la Argentina atraviesan una situación inédita en la historia: el presupuesto no alcanza para hacer frente a los pagos necesarios para mantenerlas abiertas, corriendo el riesgo de que millones de estudiantes se queden sin estudios, mientras que miles de docentes y no docentes están sufriendo un ajuste brutal en sus ingresos y ven peligrar sus fuentes de trabajo, de las que dependen miles de familias argentinas.