Bajo el título “Los inversores quieren saber cuándo la Justicia pondrá presa a Cristina Kirchnerˮ, el periodista Marcelo Bonelli escribió una nota en Clarín para explicar por qué nunca llegó el segundo semestre. Según el relato, el ex Jefe de Gobierno español Felipe González le transmitió a Macri que los empresarios españoles no invertirían en Argentina en tanto Cristina Fernández de Kirchner no vaya a presa.
Como todo lo que publica el Gran Diario Argentino, no hay ninguna constancia de que empresarios españoles hayan alegado ese motivo para retraer inversiones. Pero la verdad y la rigurosidad periodística nunca fueron los objetivos del multimedio y del conductor de “A Dos Vocesˮ. Este artículo encierra dos fines poco disimulados.
Por un lado, cerrar filas en apoyo al Gobierno que vive uno de sus momentos más difíciles porque todos los indicadores económicos van a contramano del optimismo de los funcionarios (crece la pobreza, no se recuperan puestos de trabajo, cierran fábricas, caen las ventas minoristas, no llegan inversiones productivas, sube la inflación). El descontento popular con el Ejecutivo se hizo evidente en las multitudinarias movilizaciones del 6, 7 y 8 de marzo, y en la convocatoria a un paro general de todas las centrales obreras para el 6 de abril.
El oficialismo de Clarín nunca es gratuito. La decisión de Macri de permitirle el cuádruple play antes que al resto de las compañías, y la eliminación del Fútbol para Todos para que Clarín vuelva al negocio de la televisación junto a Fox y Turner es la contrapartida del activismo periodístico.
Por otro lado, hay un apriete explícito para que Cristina vaya presa. Fue durante el gobierno de la expresidenta que el Grupo Clarín perdió los negocios y privilegios que injustificadamente tenía a costa del resto. A pesar del constante hostigamiento y persecución hacia la figura de Cristina, sigue siendo la dirigente de la oposición con mayor aceptación popular. Eso representa un peligro para Héctor Magnetto y compañía. El peligro de que un proyecto político que tenga como referente a Cristina tenga respaldo electoral y pueda volver a ser Gobierno para defender los intereses de las mayorías y no los negocios de unas minorías. Por eso la quieren presa. La quieren proscribir.
Por último, los empresarios podrán tener mayor o menor afinidad ideológica con determinado dirigente político. Pero lo que más les preocupa y ocupa es mejorar la rentabilidad de sus inversiones. No van a venir inversiones a un país donde los costos de producción no paran de subir por la decisión de aumentar los servicios públicos, los peajes y el combustible, donde la competitividad se ve afectada por la apertura indiscriminada de importaciones de bienes finales, y donde el consumo cae sistemáticamente por la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores consecuencia de la ejecución de políticas macroeconómicas.
Es valorable el esfuerzo de Bonelli y Magnetto. Pero no es suficiente. La gente no come vidrio.