La leyenda dice que en 1655, el rey Luis XIV de Francia dijo frente al parlamento que “el Estado soy yoˮ para reforzar el absolutismo de la monarquía y que él era el amo y señor de los bienes de todos. Más de tres siglos y medio después, Macri toma como propia esa idea y detenta el poder en consecuencia.
A lo largo de la historia numerosos empresarios lograron que gobernantes genuflexos defendieran sus intereses en vez de preocuparse por la mayoría de los argentinos. Ocurrió tanto en períodos dictatoriales como democráticos. Lo que hasta ahora nunca se había visto era que un grupo de empresarios ejerciera en primera persona el Gobierno en beneficio propio.
Con total impunidad, Macri decidió perdonarle una deuda millonaria al grupo empresario de su familia, imitando el mismo beneficio que tuvieron durante la dictadura cívico militar. En 1997, Sideco Argentina, donde la mayoría accionaria la tiene el holding Macri, se queda con la concesión del correo en el marco de las privatizaciones. Su política consistió en vaciar la entidad, encarecer su servicio y despedir trabajadores. Ya en 2001 entró en convocatoria de acreedores con una deuda de 900 millones de pesos/dólares (regía la convertibilidad por ese entonces), siendo el Estado acreedor de un 32,65%. En 2003 Néstor Kirchner decide revocarle la concesión al Grupo Macri, y un juez declara la quiebra prohibiéndole salir del país a Franco Macri y a los directores íngelo Calcaterra (primo del Presidente y beneficiado con la obra pública del Gobierno Nacional) y Néstor Grindetti (intendente de Lanús involucrado en los Panamá Papers).
Desde esa fecha existe un conflicto judicial por la deuda que el Grupo Macri se niega a pagar. En un acuerdo ruinoso para el fisco pero sumamente exitoso para los Macri, el Gobierno acepta un plan de pago a 2033 con una quita del 98,87% de la deuda, que en valores actualizados y proyectados rondarían los $70.000 millones.
No sólo hay incompatibilidad, sino que directamente hay un saqueo al Estado en beneficio propio. Mientras el Gobierno reduce los becarios del Conicet, elimina el Fútbol para Todos, quita subsidios a los servicios esenciales, le pone un techo a la paritaria docente, corre al Estado de todo incentivo al consumo, le saca a los jubilados la gratuidad de numerosos medicamentos, le entrega 70.000 millones de pesos a la familia del Presidente, como le dio tiempo atrás $19.000 millones a las eléctricas de Lewis y Caputo, o $60.000 millones a su primo para el soterramiento del Sarmiento.
Primero le permite a su familia blanquear dinero guardado en paraísos fiscales de origen dudoso. Ahora le perdona una deuda millonaria. Mauricio Macri cree que es el dueño del Estado y que todos tenemos que ser empleados que estén a disposición de su voluntad y sus caprichos.