En casi catorce meses de Gobierno, el leitmotiv de la gestión de Mauricio Macri es el método de prueba y error, usando a toda la población de conejillos de india. Quien mejor sintetizó esta modalidad fue Juan José Aranguren cuando dijo frente a legisladores que “estamos aprendiendo sobre la marchaˮ.
En este camino de marchas y retrocesos, el Ejecutivo había anunciado la continuidad del programa Ahora 12. En noviembre incorporó el programa Ahora 18. Pero a las pocas semanas, de forma intempestiva, echó por tierra esa estrategia con su incomprensible programa de Precios Transparentes. No sólo se acabó la financiación sin interés que impulsaba el consumo, sino que tampoco bajaron los precios al contado de la misma manera que no subieron cuando aparecieron estos programas. Lo más grave es que comercios y consumidores no saben qué hacer.
La CAME sostuvo que ocho de cada diez comercios no han aplicado el programa porque no entienden cómo hacerlo ni hay instrucciones de las autoridades. Por su parte, los consumidores han perdido todo tipo de precio de referencia, teniendo un valor al contado, otro en seis cuotas, otro en doce, otro en dieciocho, y también varían en función de la tarjeta de qué banco se utilice. Si antes había adjetivos cancheros para referirse el dólar, ahora en una casa de electrodomésticos uno podría ver una plancha al contado, una plancha precio green, otra a precio yellow, y así.
Si uno vuelve mareado de un comercio, puertas para adentro del hogar la situación no mejora. Frente al tarifazo de luz de 2016 que en muchos casos superó el 500% de aumento, ahora anunciaron otra suba del 148% muy por encima de lo esperado y luego de semanas de hacer un voto de silencio sobre el tema. Tanta desorganización de la economía doméstica con los cambios tarifarios de los servicios está ocasionando que luego de escuchar las recomendaciones del Ministro de Energía uno tenga miedo de que si plancha con el noticiero de fondo mientras descongela un churrasco en el microondas le caiga el Grupo Geo por abuso de energía.
La factura de gas tampoco arroja claridad porque ahora se permite pagar en cuotas los meses atrasados por la suspensión judicial del aumento. Pero esa ilusión durará poco y en breve ya no estará la posibilidad de abonar de forma desdoblada el consumo mensual.
Los futboleros encuentran un respiro de tanto malestar en ver a su equipo todas las semanas. Lamentablemente para este año eso aún no estaría confirmado. Sí es seguro que ya no lo verán gratuitamente por la televisión abierta como prometió el Presidente en la campaña electoral. Pero aunque tengan que pagar, no se sabe si el torneo arranca porque aún no arreglan los derechos televisivos y el Estado no le paga a la AFA lo que corresponde por la rescisión anticipada del contrato. Entre tantas acusaciones cruzadas, los futbolistas que no gozan de un salario de privilegio la están pasando muy mal. Como Ramiro Montenegro, jugador de Excursionistas que milita en la B Metropolitana, quien está haciendo changas de albañil para darle de comer a sus tres hijos porque el club no le paga por falta de fondos.
El Cambio iba a traer certeza, seguridad e iba a asegurarte todos los derechos. Sin embargo, se observa que sólo trae confusión, contradicciones y una pérdida notable de derechos, donde agujerearon el bolsillo de los argentinos porque el poder adquisitivo baja cada día.
