Militancia

YO LOS VI

Yo los vi y no entendí­ nada.

Vi un montón de jóvenes y otros no tanto empujando carretillas atestadas de los efectos de una injusticia caprichosa. Los vi, sin embargo, sonreí­rle a la vida como si en ellas transportaran poco más que sueños de transformación.

Vi una madre con su hijo pisando charcos de un vestigio lastimoso que aún araña la memoria. Los vi, sin embargo, agarrados de la mano mientras se acercaban a la vecina de la esquina para preguntarle cómo se encontraba.

Vi una fila inmensa de hombres y mujeres cargando palas y bidones de agua bajo un sol fatigante. Los vi, sin embargo, marchar hombro a hombro cantando letras de amor y de lealtad por las ideas. Sus ideas.

Los vi por cada calle del pueblo, al igual que una majestuosa columna de voluntades abrazadas en barro y perladas en sudor.

Se ocupaban de los más perjudicados. Entregaban sus fuerzas sin preguntar nombres ni pedir algo a cambio. No regateaban más que palabras de aliento. No escarbaban otra cosa que no fueran escombros.

Se trepaban a los camiones de manera intrépida. Casi vigorosa. Tocaban las consecuencias del firmamento con sus propios dedos.
Vi que, mientras lo hací­an, se regalaban carcajadas rebosadas en humildad. Se adentraban hasta en las callejuelas más recónditas en busca de nuevas almas para acariciar.

Yo los veí­a. No entendí­a nada.

No eran lo que me decí­a la televisión. No eran lo que rezaban los diarios. No eran lo juraban las radios.

Vestí­an pecheras azules adheridas al cuerpo. Pegadas a la piel. Parecí­a que formaba parte de ellos. Algo así­ como si se tratara de su auténtica identidad.

Se podí­a percibir el orgullo que inflaba sus pechos al llevar esas insignias que dibujaban la tela, gastadas por tantas batallas.

Parpadeé con fuerza y me froté los ojos.

Entonces, yo los vi y lo entendí­ todo. La Patria es el otro significa eso. Que somos en la medida que el otro también lo sea.

 

Ciudad de Buenos Aires
El domingo 17 de marzo participamos, por cuarto año consecutivo, de la Marcha de las Antorchas en el barrio de Lugano 1y2 bajo el lema “Iluminemos las calles con memoria” y en unidad con todas las organizaciones del campo popular de la comuna y el Observatorio de Derechos Humanos de la Comuna 8.