El Presidente que no otorga asueto por las fiestas y quiere eliminar los feriados puente se ha tomado 41 días de vacaciones en poco más de un año de trabajo. En su nuevo receso en la cuidad ubicada al sur de Neuquén, el Jefe de Estado descansa mientras la Ciudad de Buenos Aires está en un grave conflicto por casos de inseguridad y gatillo fácil, la localidad de Pergamino está bajo el agua y la única ayuda estatal es la represión de la policía de María Eugenia Vidal, y su gabinete sufre un cimbronazo con la salida del Ministro de Hacienda.
Pero para lo que Macri no se toma descanso es para vetar leyes que benefician a sectores de la sociedad. Con el antecedente reciente de eliminar un beneficio jubilatorio a ex combatientes de Malvinas, ahora redobla la apuesta.
Sumado al veto a la ley de trombofilia y el salario mínimo profesional, vetó la expropiación del hotel Bauen. El lugar fue recuperado por un colectivo de 130 trabajadores luego de la quiebra de la firma chilena Solario S.A. en el 2001. Junto a movimientos de empresas recuperadas y organizaciones sociales, invirtieron esfuerzos y recursos para autogestionar el hotel. La ley de expropiación les garantizaba la fuente de trabajo para que continúen con su explotación. Pero además establecía que allí se realizaran actividades culturales, artísticas, sociales y educativas, y que parte de los servicios del hotel estén destinados al turismo social y a dar cobertura a derivaciones médicas de jubilados y pensionados de todo el país que requieran trasladarse a la capital. De modo que falta a la verdad Macri cuando en el decreto asegura que esta medida sólo beneficiaba a un sector particular y no al conjunto.
En otro orden de cosas, aunque el valor de la expropiación lo debe calcular un tribunal de tasación, se estimaba próximo a los 30 millones de dólares. En el decreto del veto se sostiene que “el proceso expropiatorio implicaría un severo perjuicio en la posibilidad de asignar por parte del Poder Ejecutivo nacional los recursos económicos disponibles a otras necesidades básicas insatisfechas para el conjunto de la poblaciónˮ. Semejante criterio altruista no lo tuvo en cuenta cuando le transfirieron 3.000 millones de dólares a las gasíferas con el tarifazo, los 3.750 millones que se dejó de recaudar por la eliminación de retenciones, los 223 millones que ganaron las mineras o los 1.187 millones que les regalaron a las eléctricas.
Con esta decisión, los 130 trabajadores del Bauen que hace más de diez años vienen luchando por su fuente de ingreso y por brindar un servicio a la sociedad, se encuentran en una angustiante incertidumbre y corren altos riesgos de ser desalojados. Se busca proteger a empresarios inescrupulosos que dejan a la deriva a los trabajadores en desmedro del rol social de las empresas recuperadas.
Este nuevo veto de Macri es una muestra de desprecio hacia los trabajadores, hacia los jubilados y hacia los ciudadanos de a pie que iban a poder disfrutar de distintas actividades en las emblemáticas instalaciones del barrio de Balvanera.