Deportes

Promesas sobre el bidet

“El fútbol seguirá siendo gratis pero sin polí­tica”, es la nueva promesa de campaña que ya sabemos que el presidente Mauricio Macri no va a cumplir.

Si bien está confirmado que no habrá más anuncios de gobierno en las transmisiones futbolí­sticas, ahora también sabemos que dejará de ser gratuito. El costo para ver algunos partidos aumentará hasta un 50 por ciento de lo que actualmente pagamos por el abono básico del cable, en un contexto de suba generalizada de alimentos, bebidas, artí­culos de limpieza, transporte y servicios como la luz, el agua y el gas. La inflación tampoco bajarí­a, tal cual prometió el presidente.

Turner o Fox serán las encargadas de generar la transmisión de fútbol que se verí­a en exclusiva por Cablevisión y DirecTV. El abono de estos dos servicios aumentará hasta la mitad  si el cliente quiere ver los partidos, mientras que el resto de los cable operadores tendrán que negociar para poder llevar a sus abonados la imagen del fútbol, con un costo superior al 50  por ciento para el cliente.

La semana pasada, el Senado de la Nación aprobó una ley para que los debates presidenciales sean obligatorios, sin hacer ninguna mención respecto de que pasarí­a en caso de incumplimientos de las promesas que allí­ se realicen, convirtiendo a las discusiones entre candidatos presidenciales en meros espectáculos televisivos.

Es decir, Macri podrá presentarse a una reelección y prometer de nuevo que se podrá ver el fútbol gratis, total después no pasa nada. O podrá prometer que además de ver fútbol gratis, nadie va a pagar impuesto a las Ganancias, y tampoco pasará nada.

Portada
Ante el ajuste de Milei, más organización y construcción de nuevos desafíos para defender y mejorar la educación pública.
Portada
Las Universidades Nacionales de la Argentina atraviesan una situación inédita en la historia: el presupuesto no alcanza para hacer frente a los pagos necesarios para mantenerlas abiertas, corriendo el riesgo de que millones de estudiantes se queden sin estudios, mientras que miles de docentes y no docentes están sufriendo un ajuste brutal en sus ingresos y ven peligrar sus fuentes de trabajo, de las que dependen miles de familias argentinas.