Desde un principio advertimos que el regreso de la llamada “política de seducción” dispuesta por el gobierno de Mauricio Macri al reclamo por la soberanía argentina sobre las Islas Malvinas no traería ningún resultado positivo para nuestro país sino más bien lo contrario.
Ahora, luego de los desplantes de las autoridades británicas en la ONU y la confirmación oficial por parte del Reino Unido de que no está dispuesto a negociar nada, nos encontramos frente a una amenaza armada concreta que merece el repudio unánime de toda la dirigencia política de nuestro país.