Buenos Aires

Discurso de Máximo Kirchner en Florencio Varela

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DISCURSO  DE MíXIMO KIRCHNER EN FLORENCIO VARELA

La verdad que cuando vení­a para acá, me llamó Cristina, que como ustedes saben está en Ecuador, y le dije que vení­a acá al corazón de Varela a un acto a hablar con los compañeros y les manda un gran abrazo y un gran saludo y seguramente la compañera, con mucha más gente aparte, va a estar acá recorriendo una ciudad y un pueblo que siempre fue muy leal a Néstor y muy leal a Cristina. Pero lo importante de esa lealtad es que no fue una lealtad de ojos cerrados. Fue una lealtad y es una lealtad de ojos abiertos, de poder palpar y ver en una universidad, en el Hospital del Cruce, en miles de viviendas, en asfalto en aquellas zonas que todaví­a nos falta terminar, y que seguramente este gobierno que vino a hacer las cosas mejor lo va a terminar porque es lo que debe hacer y es el compromiso que asumió en las elecciones.

Una lealtad de ojos abiertos que vio cómo muchos que habí­an quedado en la vera del camino y sin trabajo empezaron a recuperarlo; una lealtad de ojos abiertos porque pudo ver el pueblo de Varela no sólo cómo empezó a mejorar su Ciudad, su distrito, su barrio, sino que puso también en esa lealtad ver cómo se defendieron los intereses de los argentinos.

Si no se hubiera peleado, si no se hubiera confrontado, si no se hubiera renegociado la deuda externa como se renegoció, si no se hubiera terminado con el FMI y con esa maní­a que en estos dí­as vuelven a reeditar de querer conducir la polí­tica económica argentina, no habrí­a universidad, no habrí­a hospital, no hubiera habido trabajo y no hubiera habido muchas cosas en Argentina. Cada mejora que hubo en cada barrio de la Argentina tuvo que ver precisamente con cada una de esas peleas.

También en estos dí­as, donde a uno no le deja de llamar la atención que alguien que asumió hace 10 meses la conducción del paí­s, nos diga a todos los argentinos que desde el miércoles acepta ser evaluado por nosotros como Presidente. La verdad es que es algo bastante extraño y pienso mucho y recuerdo el 25 de mayo del 2003. Cuando lo veo al actual presidente hablar de pesada herencia se ve que nunca la pasó mal. Yo le podrí­a contar lo que era el 25 de mayo del 2003 en Argentina y lo que era una pesada herencia, un pueblo abatido al que habí­an convencido de que no podí­a, al que lo habí­an convencido de que debí­a renegar de su propio destino y en una carrera loca de un sálvese quien pueda, pisarnos a cabeza entre todos nosotros.

Si algo representa el actual gobierno otra vez es eso. Es el sálvese quien pueda, es la individualización. Es el miedo de muchos compañeros de la fábrica a levantar la voz por temor a que los echen y aceptar cualquier cosa por parte de los patrones. Es el miedo de muchos como ven que ni siquiera pueden poner en su Facebook o en su twitter, o ponerse una remera del dirigente polí­tico que más le guste porque eso pone en riesgo su trabajo porque te persiguen. Porque lo que va sucediendo es esto, y lo que vemos en el dí­a a dí­a es esto. Y lo importante, lo reconfortante de esta noche en esta inauguración tiene que ver, y me pone muy contento que hay un pueblo que aprendió, que lo viene demostrando en los últimos meses marchando por todas las avenidas de la patria construyendo una unidad no sólo para proteger los derechos sino que hay que buscar ampliarlos. No nos pueden resignar a proteger lo conseguido sino que hay que seguir con un camino donde el pueblo crezca más y avance más, y es la responsabilidad de todos nosotros hacerlo. Es la responsabilidad de cada dirigente, cada compañero y cada militante el salir a conmover, salir a convencer a cada vecino y a decirle que se animen.

Si el pueblo no   muestra los dientes se lo van a llevar puesto. La historia argentina esto lo demuestra constantemente. Tiene que organizarse, tiene que trabajar en conjunto, tenemos que trabajar para mantener la unidad del campo nacional y popular. El adversario no está entre nosotros compañeros, el adversario no está adentro del peronismo, el adversario no  está entre aquellos que abrevan en el movimiento nacional y popular. El adversario está en aquel que quiere avanzar sobre las conquistas de los trabajadores obligando a resignar las paritarias, y como le digiera el ministro de economí­a: ´vamos a ver si se animan a pedir salarios altos porque pueden llegar a perder el trabajo ´.

Eso es lo que han hecho. Salir del cepo fue una devaluación de más del 60% y pensar que uno tiene que escuchar a algún ex integrante del gobierno de Cristina y hoy diputado nacional decir que se saca el sombrero con una feroz devaluación que cayó sobre las espaldas del pueblo argentino, mientras algunos se cobijan en la banca y piensan que traicionaron a Cristina. Traicionaron a la gente que los votó para defenderlos. No hay traiciones personales en polí­tica, hay traiciones al pueblo y a un proyecto polí­tico.

Dijeron que  vení­an al Estado a limpiar la grasa militante, tal cual carnicero que vení­a a limpiar la grasa militante y mucha gente dijo ´bueno son militantes polí­ticos ´. Los medios de comunicación hicieron un trabajo magnifico, como nunca, en la estigmatización de aquellos que ven en la polí­tica, en la militancia, sindical, cultural, social un camino para organizarse. El problema fue que unos meses después nos dimos cuenta que no era la grasa militante, que eran 10 puntos de desocupación, que millones de argentinos estaban perdiendo el trabajo, que no era por como pensarás si no es una manera de empezar a disciplinar a la fuerza del trabajo en la discusión con los patrones.

Imagí­nense, qué le vas a ir a pedir un aumento o una mano si te muestra la cola que tiene cuando pone un aviso en el diario para dar un trabajo. “ ¿Sabes cuántos tengo como vos? 100 mil tengo afueraˮ. Así­ lo hicieron siempre. Y esto tenemos que tenerlo muy claro y que quede claro que esto que estamos sosteniendo no lo decimos desde la perfección, nos faltó mucho.

Faltaba hacer mucho. Imaginemos que a todos aquellos que después de 12 años no habí­amos llegado, que todaví­a no podí­an salir adelante, cómo la estarán pasando ahora, que aquellos que vení­an un mes si, un mes no, cómo están ahora. Porque faltaba mucho y nos prometieron que í­bamos para adelante y lo que vemos de 10 meses para atrás, es que vamos para atrás, para atrás y para atrás. Tienen hacerse cargo de sus palabras, cumplir con sus promesas. Esto no es una disputa de poder, son ideas, son proyectos de paí­s. La han convencido a la sociedad que las dirigencias se pelean por el poder y que nada cambia quién esté.

Bueno, hoy la sociedad argentina está aprendiendo que sí­ cambia, que si está alguien que piensa en el pueblo, que da las peleas, hay más trabajo, hay más desafí­os, hay más educación, hay más salud y hay más ganas, y que cuando a alguien no le interesa eso, empieza a faltar el trabajo. No son todos iguales y siempre le han metido en la cabeza esto a la gente.

No caigamos en eso. Eso es lo que hay que evitar y ahí­ nos quieren llevar. Hay dirigentes que se animan a pelearla. Hay dirigentes en los barrios, de base, de fábrica, que quieren pelear. Como dice ahí­ el compañero con la Copa de Leche, hay que meterle mucho para adelante compañeros, hay que organizarse. No van a parar, no van a parar. Entonces, creo que lo que tenemos que tener claro es eso. Creo que tenemos que estar juntos, que tenemos que caminar juntos, que hay que construir lo que viene.

Nosotros muchas veces mirando hacia atrás en la historia de la Argentina recordamos generaciones que fueron capaces hasta de despojarse de su propia vida para cambiar la patria. Se pusieron la patria al hombro, lo dejaron todo. No les importó un destino personal si no que apostaron a un destino colectivo, a un sujeto común, a un camino que tenemos que animarnos a recorrer. ¿Cómo no nos vamos a animar todos los dirigentes a despojarnos de las individualidades? No tenemos que resignar la polí­tica a ver en qué lugar de la lista voy sino cómo hacemos para defender a cada uno de los argentinos que están esperando que estos 12 años no hayan sido en vano, que la dirigencia haya madurado y que tengan en cuenta que el desafí­o no es una elección sino mejorar la calidad de vida de su pueblo y de su gente.

Yo les quiero agradecer de corazón esta espera acá en Varela. De todas las veces que vino Néstor, que el pueblo de Varela lo abrazó, que lo fue a despedir masivamente cuando le tocó partir, que se puso al lado de Cristina para defenderla y Cristina no les falló. Entre el poder, los empresarios y los medios, eligió la gente, eligió la condena mediática pero no la condena de su pueblo y va a volver a caminar con él.

Creo que ahí­ está. Miren ahora que dicen “no, la imagen positiva de la gobernadora, la imagen positivaˮ¦ˮ. Y uno se pregunta ¿de qué vale la imagen positiva si aparte te la regalan los medios de comunicación y vaya a saber cuál será el toma y daca? ¿De qué vale la imagen positiva si la gente se queda sin trabajo? ¿De qué vale la imagen positiva de un dirigente si la gente deja de comer? Es preferible tener la imagen negativa porque te le parás al que le tenés que parar y te condenan por eso.

La imagen positiva no es nada si la gente no está mejor. La imagen positiva, las encuestas, el mundo de los focus group, qué dicen de mí­ los sets de televisión, aquellos después por un canapé entregan a cientos de miles de argentinos. La verdad, la verdad es que el ejemplo que están dando hoy en esta inauguración en Varela todos juntos, es un ejemplo para el resto porque es lo que queremos construir.

No es una unidad para una victoria pí­rrica, no es una unidad para ganar una elección. Es una unidad para construir una fuerza polí­tica que siga sosteniendo cada derecho, cada conquista que hubo en estos años. Una unidad que les sirva al conjunto de la gente, que no esté todo el dí­a mirando a la tele sino que empiece a mirar la gente, lo que le pasa. La verdad no está en los estudios de televisión, hay que dejar de rezarle a la televisión y a los medios. Hay que animarse, son herramientas e instrumentos de dominación. Nosotros no nos vamos a ordenar con ellos, no nos vamos a ordenar con ninguna embajada ni con ningún poder económico. A esta dirigencia la ordena el pueblo y le dice a donde tiene que ir el pueblo.

La verdad es que sé que están hace muchas horas esperando, creo que en esta noche una encantadora noche de Varela, no me quiero ir sin agradecerle a cada uno de ustedes.

Milagro, y vaya que la estamos peleando por Milagro, que la estamos pelando todos los dí­as con los compañeros y ayudando en todo lo que podemos para que la compañera vuelva a caminar con nosotros.

Lo cierto es queˮ¦ y les pido que casi como que me den una concesión porque yo le quiero agradecer al Loco, que nadie se pongaˮ¦  déjenme hacerlo porque el compañero las jugó en todas, se las bancó todas, es un militante de base que se para en todos los lugares que se tiene que parar un militante, que no lo sedujo un sillón en el Concejo Deliberante, que es el mismo que está siempre con sus compañeros y la verdad es que se lo querí­a agradecer porque como ustedes, él fue uno de los que estaba conmigo cuando se fue Néstor y pusimos el hombro y pudimos salir adelante todos juntos con Cristina, con ustedes, con tantos compañeros.

Y la verdad que muchas gracias a Varela. Muchas gracias Loco, muchas gracias también a Julio que  no pudo venir pero que siempre estuvo al lado de Néstor, muchas gracias a todos, a no aflojar ni abajo del agua. La pelea es larga, nos van a querer doblegar y convencer de que no es posible, pero siempre recuerden que si hubo un santacruceño que una vez cuando media 5 puntos vino a Varela a dos cuadras de acá a hacer una reunión, y algunos los veí­an como un loco suelto, pudo construir una mayorí­a e iniciar un camino definitorio para la historia argentina, que era recuperar las banderas del peronismo y de los movimientos nacionales y populares, y que nos habí­an mentido muchos años diciendo que no se podí­a.

Sí­ se podí­a  sacar a la Argentina del endeudamiento, sí­ se podí­a tener trabajo y sí­ obviamente también se podí­a educar a su gente generando decenas de universidades para que los hijos de los trabajadores tengan las mismas oportunidades que tuve yo y no aproveché compañeros.

Vamos para adelante, vamos a sacar la Argentina, vamos a dar la pelea, vamos a construir una mayorí­a popular en paz, a ponernos la patria al hombro, a ponernos a Varela al hombro, porque lo que viene es fulero y entre todos juntos va a ser mucho más fácil salir adelante.

Muchí­simas gracias Florencio Varela y que un dí­a se pueda llamar Felipe Varela. Muchas gracias compañeros.

 

Argentina
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Polí­tica
Un 9 de abril como hoy, pero de 1949, Juan Domingo Perón clausuraba el Primer Congreso Nacional de Filosofía en la ciudad de Mendoza, en la joven UNCuyo, con la presentación de una conferencia que luego se publicaría como “La comunidad organizada”.