Ayer se conoció que, según el INDEC, el 32,2% de las personas son pobres y el 6,3% son indigentes. Si se proyecta la muestra tomada en 31 aglomerados a todo el país, habría alrededor de 13 millones de argentinos por debajo de la línea de la pobreza. Sin embargo, en primer lugar hay que señalar que llama mucho la atención el cambio metodológico implementado. Se utilizó una canasta básica con precios mayores para los bienes, de modo que es muy difícil comparar este resultado con los que hubo hasta 2013 cuando se descontinuó la serie por la reestructuración del índice de precios. En este sentido, el diputado nacional Axel Kicillof advirtió que “metodológicamente hubo un cambio que no se explicó por qué se hizo. No explican cómo construyen los númerosˮ.
Por otro lado, al cambiar la metodología y no hacer un empalme con la última serie publicada, el INDEC no refleja cómo las políticas implementadas desde el 10 de diciembre han aumentado la pobreza. El propio Presidente en una cínica conferencia de prensa pidió que se juzgue su desempeño a partir de ahora, desconociendo los nueves meses que ya lleva gobernando.
Se puede observar que desde el Ejecutivo están construyendo un relato para justificar el ajuste con el que están castigando a la inmensa mayoría de los ciudadanos. Primero establecieron un apagón informativo total para que no hubiera información de cómo empeoraba la calidad de vida de los argentinos. Luego publican los datos de la pobreza con una metodología inexplicable que la sobredimensiona, pero sin empalmarla con el proceso anterior, para responsabilizar a la “pesada herenciaˮ de esta fotografía actual y obviar los nueve meses donde Cambiemos la ha profundizado. Kicillof precisó que “había un objetivo de que la pobreza diera lo más alto posibleˮ.
La intención es clara: culpar al gobierno anterior de lo recibido sin hacerse cargo de lo generado estos nueve meses. Lo cual es burdo porque es evidente que todas las políticas de la gestión anterior, como la discusión paritaria anual, la AUH, la movilidad jubilatoria o el ProGreSar por mencionar algunas, fueron destinadas a combatir la pobreza. Por el contrario, la estadística sirve para cuantificar, pero no es necesaria para saber que con Macri aumentó la pobreza: si la inflación está por arriba del mejor cierre paritario, si por primera vez la movilidad jubilatoria está por debajo de la suba de precios, si hay más de 250.000 despedidos, si cayó el consumo, el PBI y la actividad económica, es inevitable que haya subido la pobreza.
Mauricio Macri está generando una fábrica de pobres con sus políticas de ajuste, exclusión y destrucción del mercado interno, y al mismo tiempo fabrica índices para exceptuar su responsabilidad e insistir con el relato de la pesada herencia. Si realmente quisiera cumplir con la demagógica promesa de pobreza cero, reabriría todas las paritarias, aumentaría todas las asignaciones con la misma rapidez con la que exime de impuestos a los sectores más concentrados, incentivaría el consumo interno y revisaría el tarifazo.