El lunes pasado,  mientras  los manteros de la capital salteña  efectuaban un reclamo contra las medidas tomadas por las autoridades municipales respecto a  los horarios permitidos para trabajar, la fuerza pública desalojó la protesta y detuvo a 11 trabajadores y trabajadoras que estaban cortando el tránsito de la Avenida San Martí­n. Tres de ellos continúan con heridas leves, producto de la represión.

Entre los detenidos se encontraba una menor, cuya libertad fue conseguida luego de la intervención de Fernando Ruarte,  representante legal de los trabajadores.

Lo que los manteros y vendedores ambulantes reclaman es la habilitación para trabajar durante la hora de la siesta. Pero desde el primer momento  la Municipalidad de la Ciudad de Salta se  cerró  al diálogo y prevaleció la decisión de “garantizar el ordenˮ mediante la fuerza, postura  avalada por las autoridades provinciales.

Mientras que el periodismo oficialista intenta instalar que la represión se debió a que se trataba de una  manifestación en la que habí­a personas  armadas con palos, neumáticos quemados e incluso “el perro de las manifestantesˮ que atacaba a efectivos de la policí­a (como indica el gran diario salteño y sus repetidoras), las imágenes de ese dí­a demuestran que se trataba de un reclamo pací­fico  (sin palos, neumáticos ni perros más que los callejeros), sino que por el contrario  habí­a familias enteras con niños.

Un centenar de vecinos y militantes acompañaron hoy a los trabajadores, para condenar los hechos de violencia y solidarizarse co su reclamo, entendiendo que el  Estado provincial -sumamente represivo y alineado con el gobierno nacional que  criminaliza la protesta mediante la persecución polí­tica-, pretende disolver e impedir que los sectores de las economí­as populares prosperen e incluso perduren. La situación se ve agravada también a partir del aumento desproporcionado del  costo de vida, el  devastador  tarifazo a los servicios públicos, imposibles de pagar para muchas familias, lo cual repercute directamente en la disminución de ventas, producto del mismo modelo de ajuste y vaciamiento que hoy los reprime.