Editorial

En unidad y sin aflojar en la defensa de la Educación Pública

Luego de varias semanas de un activismo histórico de la comunidad educativa y producto de esa lucha, en estos últimos dí­as se cerró la paritaria docente y se anunciaron algunos fondos para las universidades. Sin embargo, el ajuste en educación sigue vigente y las promesas presupuestarias -que son insuficientes- aún deben hacerse realidad.

Pasamos varias semanas en las que estudiantes, docentes y no docentes alcanzamos un nivel de organización notable para enfrentar un ajuste que hiere de manera feroz a todo el sistema universitario. Clases públicas, paros docentes, petitorios y diferentes actividades pusieron a la UBA de pie para visibilizar el reclamo. Culminando en la movilización de unidad más importante de los últimos 15 años junto a federaciones estudiantiles de todo el paí­s y la totalidad de los gremios en defensa de la educación pública.

Fue a raí­z de esta movilización que se consiguieron avances, que sin embargo creemos insuficientes. Los gremios docentes, a pesar de no poder escapar de la situación de ajuste generalizada, cerraron la paritaria con más del doble de aumento que el propuesto por el gobierno en la primera oferta.

En lo que respecta al presupuesto, desde el Gobierno nacional se anunció mediáticamente la remisión de fondos por 500 millones de pesos para las 59 universidades nacionales, lo que representa un incremento de menos del 1% del presupuesto universitario y es sólo una í­nfima porción de los 3.200 millones que el Ejecutivo nacional adeuda al sistema (cabe recordar que existen partidas previstas en la Ley de Presupuesto- votada por el Congreso nacional el año pasado- que aún no fueron remitidas). Este “aporteˮ apenas alcanzarí­a para paliar el aumento de las tarifas, una problemática que representa tan sólo una arista del recorte en la educación superior, y en torno al cual ya se presentaron proyectos de ley de FPV para proteger a las universidades del aumento tarifario.

Por otro lado, se le prometieron únicamente a la UBA otros 500 millones según palabras del rector Alberto Barbieri, quien desfiló por medios de comunicación restándole gravedad al problema una vez que consiguió un guiño del Ministerio de Educación. Mientras tanto, rectores de las universidades del conurbano y del interior del paí­s ponen el grito en el cielo ante la crí­tica situación, siendo que existen instituciones que no reciben fondos ¡desde enero de este año! Al dí­a de hoy, las partidas anunciadas a tal punto son insuficientes que generaron entrecruzamientos públicos entre los rectores del CIN (Consejo Interuniversitario Nacional) y el rector de la UBA, que se disputan como si se tratara de migajas (o será que lo son) las partidas anunciadas por Macri.

Al mismo tiempo y con el cinismo habitual, el Gobierno publica en el Boletí­n Oficial la Decisión Administrativa N ° 519/2016, firmada por Marcos Peña, que retira 21,8 millones de pesos que en el presupuesto votado el año pasado estaban destinados a las universidades nacionales, con el irónico argumento de que es dinero que “no va a ser ejecutadoˮ.

La lucha continúa. Con unidad y organización avanzamos algunos casilleros, pero es necesario seguir reclamando tanto por el presupuesto que hace falta, como por que se hagan efectivas las partidas anunciadas. A su vez, en lo que respecta a la Universidad de Buenos Aires, es necesario discutir fuertemente cómo se llevará adelante la distribución de los fondos, atento a los manejos discrecionales del presupuesto a los que nos tienen acostumbrados desde el Rectorado y la Secretarí­a de Hacienda que encabeza Emiliano Yacobitti, para que el presupuesto no se disipe en los pasillos de Viamonte o en las cajas de la UCR porteña.

Ciudad de Buenos Aires
El domingo 17 de marzo participamos, por cuarto año consecutivo, de la Marcha de las Antorchas en el barrio de Lugano 1y2 bajo el lema “Iluminemos las calles con memoria” y en unidad con todas las organizaciones del campo popular de la comuna y el Observatorio de Derechos Humanos de la Comuna 8.