Cultura

Un empoderamiento que no cede

La nota que salio publicada el pasado 9 de mayo, titulada “un populismo que no cede”, es un verdadero sinceramiento.

Que el poder no reside únicamente en el Estado es una verdad de Perogrullo. También el mercado ejerce poder sobre el Estado y la sociedad, porque el dinero es poder. Que los medios de comunicación ejercen un poder de manipulación apelando a la sensibilidad del televidente también es una perogrullada (la pelí­cula Ciudadano Kane de Orson Welles es de 1941).

Ahora bien, hay un poder que últimamente habí­a sido un poco olvidado: el de opinar libremente e influir en las decisiones polí­ticas. Esta verdadera libertad que cada uno de nosotros tiene como ciudadano, ya habí­a sido reconocida en 1835 por Alexis de Toqueville. Libertad es también poder expresar las opiniones personales, adherir a ciertos ideales o militar en una organización polí­tica, sin sufrir ningún tipo de represalias o censuras por hacer eso. Suponemos que no hace falta mencionar quiénes son los únicos que estuvieron limitando esa libertad últimamente.

Por otro lado, según publico recientemente la BBC, el 1% más rico del planeta ya tiene la misma cantidad de dinero que el 99% restante. Probablemente estemos frente al mayor acto de corrupción de la historia. ¿Y son los polí­ticos los que se la llevan? No, son empresarios. Los grandes capitales internacionales. Capitales que en general son financieros y cuyos dueños se mueven detrás del velo de sociedades anónimas. ¿Alguien los votó en elecciones? No. Y a pesar de eso, ese pequeño puñado de gente es responsable de la falta de libertad que sufren miles de millones de habitantes de todo el planeta. Porque la libertad es sobre todo civil y polí­tica, y para poder gozar de ella es fundamental tener acceso a la educación y a condiciones dignas de vida. Y hablando de educación, el autor de la nota nos dice: “Cuando elegimos el colegio de nuestros hijos, ¿la educación está libre de las imposiciones de ministerios de educación y equivalentes?ˮ. Y nosotros le respondemos que si no podes elegir el colegio de tus hijos porque tienen que salir a trabajar, ya que si no lo hacen va a  falta la  comida sobre la mesa, se están perdiendo libertades civiles fundamentales que todos tenemos derecho a ejercer como ciudadanos. Entonces cantamos retruco y le preguntamos al señor: ¿La educación está libre de la heladera y del trabajo de los padres?

Con respecto a la supuesta “razón del populismo exacerbadoˮ, que funcionarí­a como mera ideologí­a y habrí­a sido impuesta por el kirchnerismo, le queremos pedir al autor de la nota que por favor no subestime al pueblo y tenga un poco más de humildad. No les neguemos a las mayorí­as la capacidad de razonar libremente en base a su propia experiencia personal. No hace falta ir a la universidad para darse cuenta de que los precios suben muy por encima de los salarios y las jubilaciones. Si alguien compara su situación actual con el pasado y se encuentra con que le va peor que antes a pesar de estar haciendo el mismo esfuerzo que antes, es probable que se pregunte a qué se puede deber el cambio. Y los distintos caminos conducen evidentemente al mismo destino: se debe a un cambio en las polí­ticas de Estado.

Ciudad de Buenos Aires
El domingo 17 de marzo participamos, por cuarto año consecutivo, de la Marcha de las Antorchas en el barrio de Lugano 1y2 bajo el lema “Iluminemos las calles con memoria” y en unidad con todas las organizaciones del campo popular de la comuna y el Observatorio de Derechos Humanos de la Comuna 8.