El lunes 2 de mayo las organizaciones integrantes del FpV porteño realizaron una conferencia de prensa para repudiar que durante la madrugada del 27 de abril la Unidad Básica “Irreversible” de La Cámpora en Parque Avellaneda recibió dos impactos de bala en su frente. Este hecho se le suma a otro idéntico ocurrido en la noche del 27 de febrero, mientras militantes de encontraban reunidos en su interior.

Mariano Recalde, miembro de la conducción nacional de La Cámpora, acompañado por dirigentes del FpV expresó tener “la firma decisión de seguir militando y de responder a estos actos violentos con más militanciaˮ al mismo tiempo que exigió “a las autoridades nacionales y judiciales que investiguen porque ya son varios los hechos de violencia que vienen sucediendo en la Ciudad de Buenos Airesˮ contra la participación polí­tica.

“Es claramente una agresión a la gente que piensa distinto, que tiene una idea de paí­s que tal vez otros no comparten. Pero tienen que respetarla para vivir en una democracia con diálogo como nos prometieron en campañaˮ, declaró Recalde.

Cuando suceden hechos como estos la bronca y la posterior reflexión son etapas sucesivas e inevitables que llevan a la conclusión de que en la Argentina -a partir del 10 de diciembre del 2015- existe un estado de comodidad apañado por determinadas fuerzas polí­ticas, económicas y mediáticas, que brindan a algunos individuos la impunidad para cometer este tipo de ataques violentos y delictivos contra la democracia.