Durante todos los viernes del mes de febrero, se llevó a cabo la iniciativa multicultural “Milongas de Carnaval – Homenaje a Alberto Castilloˮ organizada por “El Tango será popular o no será nadaˮ y los compañeros de cultura de La Cámpora con una agenda amplia y de muy buena calidad artí­stica, con la premisa de la accesibilidad a la cultura.
Todos los viernes de febrero más de 600 personas se reunieron para poder disfrutar de los espectáculos. Este año, el festejo tuvo como eje central el recuerdo de Alberto Castillo, uno de los artistas más populares y representativos de la conexión entre el carnaval y el tango, representante del tango-fiesta y del tango peronista. Es por eso que, tanto en la apertura como en el cierre, se presentó Juan Pablo de Lucca, pianista y nieto de Castillo, homenajeando al cantor de los 100 barrios porteños e interpretando gran parte de su repertorio.
La iniciativa se trató de cuatro milongas realizadas al aire libre en los barrios de Balvanera, el dí­a 6 de febrero; el 13 de febrero en Parque patricios, en Villa Crespo el viernes 20 y finalmente cerró el ciclo el viernes 27 en Villa Urquiza.
Participaron artistas de tango de distintas variantes, como poesí­a, música y danza. Los vecinos y el público en general se sumaron a esta propuesta inclusiva con mucha alegrí­a.
A su vez, cada jornada fue inaugurada con una clase de tango libre y gratuita dictada por profesores reconocidos y pertenecientes a los diferentes barrios en donde se realizó el evento. Más de 50 personas se acercaron por cada clase, todas del barrio y sin conocimientos previos en general, quienes luego disfrutaban de los espectáculos y se animaban a bailar unas piezas.
También estuvo presente el arte plástico, dejando su impronta en las milongas de barrio. Cada noche de ˮ˜Milongas de carnavalˮ™ cerró con murgas, quienes desplegaron su alegrí­a candombera entre todos los presentes.
Con esta iniciativa, se han incluido muchí­simos artistas barriales que suelen quedar invisibilizados, fomentando y apoyando sus trabajos.
Una vez más, se logró llevar el tango y la milonga a las calles porteñas, permitiendo así­ que todos los vecinos de los barrios puedan disfrutar de los eventos, sintiéndose parte y entendiendo la cultura como un derecho de todos y todas.