El sábado 11 de octubre, más de 100 vecinos y compañeros de las organizaciones que integran el frente villero de Unidos y Organizados de la Ciudad de Buenos Aires recordaron un nuevo aniversario del nacimiento del sacerdote Carlos Mugica.
Para dar inicio a la jornada en memoria al padre Mugica, se exhibió una muestra fotográfica de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación sobre su biografía, en el monumento que hace pocos meses inauguró la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner situado en Juncal y 9 de Julio, a pocos metros de donde y muy cerca de la Villa 31, barrio que eligió para llevar su mensaje de amor, paz e igualdad.
La Jornada continuó con una peregrinación desde el monumento hasta su barrio por adopción, la Villa 31, donde se sitúa la parroquia del Cristo Obrero y descansan sus restos. Fue una jornada cargada de emotividad, donde la vida y obra del padre Mugica se vio reflejada en los vecinos y militantes que allí estaban recordándolo. Aquellos que el padre abrazó y ayudó incansablemente hasta el último día, cuando una bala de la Triple A, terminó con su vida pero no con su legado.
De la caminata participaron la legisladora porteña por el Frente Para la Victoria, Paula Penacca; la subsecretaria de Acceso a la Justicia del Ministerio de Justicia y Derechos humanos de la Nación, Florencia Carignano; la Directora Nacional de Promoción y Fortalecimiento para el Acceso a la Justicia, Débora Oliva; los dirigentes villeros Alejandro “Pitu” Salvatierra y Rosa Ortega, Héctor Guanco y Sofía González.
El homenaje a Múgica se enmarcó en el proyecto de ley de los diputados del Frente para la Victoria para instituir el 7 de octubre como el “Día Nacional de los Valores Villerosˮ, en conmemoración del nacimiento de Mugica y está en sintonía con la profundización de las políticas de inclusión que lleva adelante el gobierno de la Presidenta para que todos y todas sigamos construyendo un país mucho más igualitario
“Señor quiero morir por ellos, ayúdame a vivir para ellosˮ, es un fragmento de la oración del padre Mugica, que fue pronunciada por todos los que estaban presentes en la Cristo Obrero para recordar y homenajear al hombre que por su ejemplo de militante, pasó sus días ayudando a los más humildes.