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Cura Obrero, sangre de pueblo. La militancia recordó a Mugica junto a Cristina.

IMG_4971Miles de militantes y vecinos empezaron a caminar desde muy temprano por la Avenida 9 de julio, palpitando un hecho histórico que contarí­a con la presencia de la compañera Presidenta Cristina Fernández de Kirchner.

Al cumplirse 40 años del asesinato de un militante del amor, de Jesús y de Perón, el centro porteño empezó a vestirse de banderas con su rostro, de anécdotas, de pibes de la maravillosa juventud, y de esta generación del bicentenario. Para recordar a un compañero como se merece, con alegrí­a y militancia, con compromiso por los más humildes. Por la vida y por la Patria.

En el preciso minuto en el que el reloj marcó las tres de la tarde y las columnas de militantes del espacio Unidos y Organizados llegaban desde todos los rincones posibles, ingresó Ella. Emocionada y decidida, para darnos una vez más una cátedra de vida y polí­tica, que al fin y al cabo son la misma cosa.
Cristina, la militante. Cristina, la mujer coraje. Cristina, la Presidenta de los 40 millones de argentinos, subió al escenario y en pocos segundos decidió comunicarse al instante mediante una teleconferencia con los compañeros que aguardaban en una fiesta popular desde el lugar en el que Mugica, el Padre, el cura villero, el compañero, conquistó el corazón de los más humildes: la Capilla “Cristo Obrero” de la villa 31 de Retiro.

Desde allí­, Cristina intercambió palabras con el diputado nacional y miembro de la mesa nacional de La Cámpora, Juan Cabandié, quien estaba rodeado de funcionarios, legisladores, sacerdotes y cientos vecinos de la villa que durante toda la semana participaron de las diversas actividades que se habí­an desarrollado enmarcadas en esta fecha.

Un campeonato de fútbol con chicos del barrio, la pintada de 13 murales con imágenes y frases de Mugica, talleres de dibujo y pintura, fueron algunas de las formas de recordar al hombre que los convocó a organizarse y a atreverse a ser idealistas para cambiar al mundo.
Tras la proyección de un video que recorrí­a la vida de Mugica, Cristina descubrió la escultura del artista plástico Alejandro Marmo con el rostro del sacerdote y una placa recordatoria que en nombre de Presidencia de la Nación rendí­a “homenaje al Padre Carlos Mugica, que al elegir a los pobres ofreció su vida. Pueblo y Gobierno de la Nación Argentinaˮ.

Luego, el Padre Guillermo Torres bendijo la escultura y rezó la Oración del Padre Mugica, que el sacerdote de la “Opción por los pobresˮ oraba cada dí­a en la villa.

“La figura y la vida de hombres como Carlos Mugica no se homenajea, se celebra con alegrí­a por todo el amor que supo dar. Amor por el cual ofreció su vidaˮ, dijo Cristina. “í‰l pertenecí­a a los pobres, a los que sufrí­an, a los que necesitaban. í‰l se reconocí­a en la figura del Evangelio, porque entendí­a que el Evangelio era precisamente la doctrina que iluminaba y que trabajaba por y para los pobresˮ, siguió para luego continuar ante el silencio inmutable de miles de militantes que la oí­an parados, atentos y emocionados, con la certeza de que ése no era un acto más.

“Fue también ví­ctima de una Argentina violenta, una Argentina donde los argentinos se enfrentaban entre sí­, una Argentina donde se dirimieron las cosas a los tiros, con bombardeos y con muertos. Esa Argentina violenta en los años 70 se llevó la vida de Carlos Mugicaˮ.
“Por eso cuando hoy miré la tapa de los diarios y vi que alguien resumí­a que hoy la Argentina es violenta, me di cuenta que querí­an reeditar viejos enfrentamientosˮ, agregó la Presidenta para luego leer un fragmento del libro Evangelii gaudium, con la exhortación apostólica del Papa Francisco en la que llama a “misionar el Evangelioˮ.

“Serí­a importante que, en vez de ir tanto a Roma a sacarse fotos, lo leyeran un poco másˮ, dijo Cristina y continuó leyendo el punto 34 del libro, en donde el Papa plantea: “En el mundo de hoy, con la velocidad de las comunicaciones y la selección interesada de contenidos que realizan los medios, el mensaje que anunciamos corre más que nunca el riesgo de aparecer mutilado y reducido a algunos de sus aspectos secundarios. El problema mayor se produce cuando el mensaje que anunciamos aparece entonces identificado con esos aspectos secundarios que, sin dejar de ser importantes por sí­ solos, no manifiestan el corazón del mensaje de Jesucristoˮ.

“El mensaje del Evangelio más profundo, que no tuvo eco en ningún medio de comunicación sobre el documento de ayer, fue que el amor vence al odio, porque esa es la esencia de Jesucristo, de su piedad, de su pasión. Ese es el mensaje del Evangelio. Ese es el Dios en el que yo creoˮ, agregó Cristina.

“No fue casual que el Padre Mugica le ponga a su capilla en la villa “Cristo Obreroˮ. “í‰l recordaba que se habí­a utilizado la religión para dividir a los argentinos bajo el lema de “Cristo Reyˮ… y Jesucristo nunca se sintió rey, Jesucristo se sintió el más humilde, el más pecador, Jesús vino a ofrecer su vidaˮ, sostuvo la Jefa de Estado.

“Les pido a todos los argentinos, como presidenta de la República, también a las instituciones eclesiásticas y de todos los credos, a los sacerdotes, a los laicos, a los obispos: que nadie más permita dividir al pueblo de Dios, porque cada vez que se dividió al pueblo de Dios masacraron a sus ovejas, y también a muchos de sus sacerdotes, muchos que ofrecieron su vida por los pobres, como Carlos Mugica”.

“Estoy absolutamente convencida de que en la lucha por que los pobres tengan una vida más digna, agua, vivienda, tierras, cloacas, trabajo, derechos, estoy haciendo el verdadero homenaje a Carlos Sergio Francisco Mugicaˮ, finalizó la Presidenta y los militantes aplaudieron con la certeza de que en la solidaridad, la militancia y el compromiso cotidiano asumido en cada barrio, en cada escuela o universidad, y en esas palabras de la Presidenta estaba el mejor legado que puede rendí­rsele a un compañero.

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