El 16 de octubre se cumplen 10 años desde la firma del Consenso de Buenos Aires que hicieran a menos de un año de haber asumido los respectivos gobiernos de Brasil y Argentina, los Ex presidentes Inácio Lula da Silva y Néstor Carlos Kirchner.
“Nosotros, los Presidentes de la República Argentina y de la República Federativa del Brasil, convencidos de que el bienestar de los pueblos constituye el objetivo prioritario de ambos gobiernos, reafirmamos nuestra voluntad de intensificar la cooperación bilateral y regional para garantizar a todos los ciudadanos el pleno goce de sus derechos y libertades fundamentales, incluido el derecho al desarrollo, en un marco de libertad y justicia social acorde con los valores, propósitos y objetivos establecidos en la Cumbre del Milenioˮ. Ya en este primer párrafo de ese Consenso empiezan a plasmarse los lineamientos que serán ampliados y profundizados en los siguientes 32 puntos del Consenso.
Ese mismo día hace diez años y los días posteriores el crítico más optimista catalogaba a este documento como de “buenas intencionesˮ subestimando la convicción de los dos presidentes en llevarla adelante. Sin embargo, más allá de los detractores, esos 33 puntos siguen siendo la brújula del proceso de integración hoy ampliado hasta la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC). Brújula de un camino andado en nuestro país que hoy se ve no sólo que con la convicción y decisión de Néstor Kirchner fue posible, sino que además es un camino recorrido que nos deja frente a un horizonte de profundizaciones encaminado por la actual Presidenta, Dra. Cristina Fernández de Kirchner.
El Consenso de Buenos Aires nos encontraba en la Argentina “incendiadaˮ que recordamos. Desde esa Argentina, Néstor Kirchner plasmó los basamentos de lo que sería su gobierno y el proyecto político que lleva reconstruyendo nuestra Patria desde hace 10 años. En el Consenso los Presidentes destacaban “ˮ¦la trascendencia que la consolidación de la democracia política para nuestra regiónˮ. Diez años después la democracia argentina no solo se ve consolidada sino que ha sido ampliada. El matrimonio igualitario, la nueva ley de medios de comunicación, el voto optativo para jóvenes entre 16 y 18 años.
“ˮ¦asumimos la responsabilidad histórica que nos concierne en relación con el combate a la pobreza y la desigualdad, el desempleo, el hambre, el analfabetismo y la enfermedadˮ¦ˮ. Néstor asume en un país donde el salario mínimo era de 200 pesos con el 54% de los argentinos viviendo bajo la línea de la pobreza. Diez años después el salario mínimo lo vemos incrementado en un 1338% y con la incorporación de más de 5 millones de trabajadores, ese 54% ha bajado a menos del 20%.
A nivel regional nos planteaban la necesidad de fortalecer el proceso de integración desde una integración productiva y con valor agregado. Hoy no solo el MERCOSUR está fortalecido desde la revalorización de las agendas no comerciales (política, social, cultural, educativa), sino que potenciado a través de la Unión de Naciones Suramericanas y de la ya mencionada CELAC. No sólo Argentina deja de vincularse con el mundo únicamente desde la producción de materias primas sino que estamos al punto de exportar satélites de telecomunicaciones, siendo el segundo país en el continente en hacerlo.
Néstor y Lula se comprometían a que “nuestras naciones deberían definir su futuro en el marco de una agenda que responda a las necesidades, posibilidades y desafíos que singularizan a nuestros países en el comienzo del s. XXIˮ. Y allá en Mar del Plata quedó enterrado el Acuerdo de Libre Comercio de las Américas, proceso por el cual se intentó someter a nuestros pueblos bajo los intereses comerciales y geopolíticos de Estados Unidos. Junto a los presidentes del MERCOSUR y el otro gran patriota latinoamericano, Néstor recuperó para nuestro país la dignidad y la autoridad soberana de un pueblo decidiendo su destino.
También en el Consenso de Buenos Aires quedaba de manifiesto la priorización al sector educativo donde hoy el gobierno de la Presidenta Cristina Fernández asigna más del 6% del Producto Bruto Interno superando así los compromisos asumidos en esa Cumbre del Milenio que cita el Consenso en su primer párrafo. Los Presidentes lo plasmaron en el Consenso como “la valorización de la educación como prioridad en el camino de inclusión socialˮ.
A diez años de la firma del Consenso de Buenos Aires, como lo hiciera Néstor Kirchner por Argentina y hoy lo hace Cristina Fernández de Kirchner, demostró y demuestra que no solo no son especuladores ni improvisados sino que tienen muy en claro el camino de grandeza para nuestro país y nuestra región. Aquellos que siguen sin ver qué país quería Néstor y que país nos propone Cristina, dando la vida ambos, que vean sus vidas en estos diez años de consenso.