Militancia

¡VIVIR SOLO CUESTA VIDA!

Aprovechando la previa del recital del Indio Solari en Mendoza, los compañeros de La Cámpora en Mendoza20130913_020731_resized recorrieron la Ciudad, en la frí­a madrugada del viernes 13 de septiembre, para empapelar el microcentro con afiches con frases alusivas a las letras de las canciones de Los Redondos junto a imágenes de Néstor, Evita y Cristina, entre otros.

“La patria es el otro, dijo, y me conquistó”, decí­a una de las pegatinas parafraseando la letra de “Un poco de amor francésˮ, con la imagen de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner. “Toda esa baterí­a de risa rubia de barrio especial”, de Un PacMan en el Savoy, mostraba en primer plano el rostro de la apocalí­ptica Elisa Carrió. En otro de los carteles se pudo leer otra de las frases que se tomaron textualmente como “Pituca cree que es el mejor, el mejor culo para su sillón”, de “El arte del buen comerˮ, con una foto del mediático Jorge Lanata. Pero no sólo el showman periodí­stico tuvo protagonismo sino también el monopolio para el cual trabaja. Otra frase ricotera titulaba “Violencia es Mentirˮ, de la canción “Nuestro amo juega al esclavoˮ, con el fondo de una tapa del diario Clarí­n donde aludí­a que “la crisis habí­a sido la causa de dos nuevas muertesˮ, y no que el asesinato de los militantes sociales Darí­o Kosteki y Maximiliano Santillán habí­a sido una masacre perpetrada por la represión de la Policí­a de la Provincia de Buenos Aires durante el gobierno de Eduardo Duhalde.

Por último, los compañeros pegaron con más fuerza que nunca el afiche con las imágenes de Néstor Kirchner y Eva Perón con la frase “Vivir sólo cuesta vida” de Ropa sucia, dejando a la Ciudad lista para recibir a la fiebre ricotera.

Dí­a 2, llegó el dí­a.. Sábado 14 de septiembre bien temprano en la mañana, los compañeros de La Cámpora en Mendoza se juntaron junto a otros de Buenos Aires en la Unidad Básica “27 de abrilˮ del Departamento de  Godoy Cruz, para emprender el largo viaje hacia el autódromo íngel Pena del Departamento de San Martí­n, a unos 45 kilómetros de la Ciudad de Mendoza.

La distancia entre la UB y el circuito automovilí­stico no es extensa en un dí­a tí­pico mendocino, pero justamente el sábado pasado, tí­pico no fue. Las dos rutas que conectan las ciudades no dieron abasto para semejante despliegue de autos, camionetas, combis, colectivos y micros de larga distancia repletos que coparon el paisaje mendocino, e hicieron lento el éxodo ricotero.  Chequeado que los chorizos, la leña y las parrillas no faltaran, los compañeros arribaron al Anfiteatro Parque Agnesi, lindero al autódromo, para hacer la espera más atractiva, y cumplir con uno de los requisitos vitales e indispensables del recital: la increí­ble previa de la misa ricotera.

Charlas, anécdotas e historias se compartieron entre los compañeros de Mendoza, con algún sanjuanino infiltrado, con otros de Buenos Aires y Tucumán que se iban arrimando al fuego para abrigar la frí­a tarde.  Entrada la noche, los compañeros comenzaron a pie el largo camino hasta llegar al autódromo para vivir un dí­a sin precedentes en la historia de Argentina.

Una frase de Salvador Allende escrita en una tela que recubrí­a la canasta de mimbre de una vendedora de pan casero se mezclaba con un fanático de Independiente Rivadavia de Mendoza que quizás no sabí­a si estaba en la cancha o en el recital del Indio, y todo de fondo con “Un ángel para tu soledadˮ que sonaba en el reproductor de los vecinos de la carpa de al lado en el campamento ricotero.

“Es un sentimiento inexplicable que llevo en el corazónˮ, expresión que fácilmente si no se la contextualiza puede sin dudas aplicar para un hincha de Gimnasia de La Plata como a un fanático de Los Redonditos de Ricota o militante de La Cámpora.

Cómo se explica este fenómeno que supera todo análisis empí­rico. Qué tienen en común quienes viven al máximo las expresiones culturales, sociales y polí­ticas. Por qué los amantes del rock, los fanáticos del fútbol y los militantes de la polí­tica pueden convivir más allá de las diferencias. Dicen que el sentimiento no se explica, y mucho menos se entiende. Dicen que se lleva en el alma, en el corazón. A veces quien no se encuentra categorizado dentro de alguna de esas tres no comprende o no es capaz de dimensionar cómo más de 150 mil personas pueden vibrar con “JiJiJiˮ, o estremecerse ante un gol de Maradona o con un discurso de Cristina Fernández de Kirchner.  Varias respuestas para develar este misterio pero no es aquí­ ni ahora que se va a defender una tesis sobre la cultura de masas,   y difí­cilmente se podrá transcribir impresiones sobre el alma, la razón y el corazón.

“Es una sensación increí­ble. Tenés que vivirlo, tenés que sentirloˮ, le trataba de explicar escuetamente un compañero con un par de recitales sobre el hombro, a otro que lo estaba viviendo por primera vez, y que lo miraba atónito.

Quizás estas simples palabras cargadas de emoción puedan revelar esa sensación única e irrepetible que se vive cada vez que el Indio Solari suelta ese “No lo soñéˮ para hacer vibrar con “el pogo más grande del universoˮ a cientos de miles de jóvenes y familias enteras con niños provenientes de los puntos más escondidos del paí­s y América Latina, de distintas clases sociales, y cultos e ideologí­as.

Y lo mejor es que no pasó nada, o mejor dicho pasó de todo! Y La Cámpora estuvo ahí­.

El resto, ya es historia conocida.  

Ambiente
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