Hace aproximadamente dos meses que se empezó a conformar en Tucumán una murga llamada “Los Herederos del Movimientoˮ. Todo comenzó con mucho esfuerzo y trabajo por parte   de grupo de chicos y chicas, militantes de La Cámpora, que buscaban configurar espacios polí­ticosˮ“ culturales, a través de la expresión del arte popular.

Primero llegaron los músicos, quienes enseguida se organizaron para conseguir los instrumentos necesarios. Después de algunos dí­as se acercaron chicas y chicos dispuestos a formar el cuerpo de baile. Pronto se armó un grupo de compañeros y compañeras dispuestos a ayudarse y colaborar para que el proyecto de la murga se concrete.

Empezaron los dí­as de ensayos, donde cualquier lugar vení­a bien para practicar: plazas, unidades básicas y algún club que los apoyaba. Durante los ensayos solí­a aparecer el tema del nombre con el cual se iba a bautizar a la murga, hasta se decidieron por nada más y nada menos “Los Herederos del Movimientoˮ.

Después llegó la hora de coser, porque una murga no es murga sin sus trajes lleno de colores y de brillo. Cada compañero y compañera, bordó sus apliques con aquellos sí­mbolos y personajes que más lo identificaban, imprimiéndole parte de su identidad a cada uno de ellos.

La fecha elegida para el gran debut fue el 9 de Julio, aunque un poco ajustados con el tiempo, los murgueros hicieron todo lo posible para estar listos y que la alegrí­a impregne la provincia el Dí­a de la Independencia de Todos los Argentinos. Unos dí­as antes visitaron la provincia Los Dandyˮ™s de Boedo y compartieron sus conocimiento de ritmo, canto, baile, maquillaje e indumentaria con los compañeros de Tucumán.

Cuando el 9 de Julio se armó la columna de La Cámpora, Los Herederos del Movimiento junto a los Dandyˮ™s no tardaron en aparecer. A ellos se unieron El Rey del Batuque y, al ritmo de bombos, repiques y redoblantes, explotó la fiesta. Fue tanta la alegrí­a transmitida que muchos de los espectadores se sumaron a bailar y cantar con las murgas.

Los Herederos del Movimiento, surgió como una herramienta para crear lazos con los barrios, a través de la difusión de una cultura popular, como lo es la cultura del carnaval que, mediante el arte y la organización colectiva, da lugar al aprendizaje de valores como el compromiso, la solidaridad y el respeto por el otro.

La murga detrás de sus cantos, bailes, trajes y juegos, esconde un discurso social: “es un espacio donde se entrega y se comparte amor, alegrí­a, pasión, energí­a, y donde juntos, rompemos con la vergí¼enza, el temor, el “que dirán”, para ser más libres, para permitirnos descubrir y disfrutar de nuestra identidad, desde lo más profundo de nuestro serˮ.

Fue nuestra presidenta Cristina Fernández de Kirchner quien llevó a cabo un proyecto de ley para que los dí­as de carnaval volvieran a ser feriado nacional (derogado durante la última dictadura cí­vico militar), devolviéndole al pueblo la posibilidad de salir a las calles a festejar y divertirse de acuerdo a sus tradiciones.