“Soy el segundo Presidente peronista de Venezuelaˮ y la alegría militante estalló el estadio en Floresta.
La fiesta convocada por las agrupaciones que conforman el espacio Unidos y Organizados resplandeció en un acto con Nicolás Maduro, el miércoles 8 de mayo, en All Boys.
Más de veinte mil jóvenes militantes y simpatizantes del proyecto de la Patria Grande iniciada en la región, se congregaron en el estadio bajo la consigna “Hombres como ellos no mueren, se siembranˮ, haciendo honor a Bolívar y a San Martín, y a los ídolos populares contemporáneos, Néstor Kirchner y Hugo Chávez. Todas ellas, figuras de la lucha y la convicción del sentimiento genuino por la unidad latinoamericana.
Cerca de las 14 horas comenzaron a ingresar los jóvenes al estadio, esperando las palabras de quien resulta una expresión hacia la continuidad de la Revolución bolivariana. La Revolución que dio al pueblo venezolano la dignidad sesgada por la influencia nefasta del imperialismo. Su reflejo en la región dio a los pueblos de Latinoamérica los resabios más peligrosos del individualismo neoliberal. Sin embargo, Hugo Chávez demostró día a día su ímpetu para cambiar el rumbo. Y luego llegó Néstor, que marcó la diferencia para el sur.
Hace 10 años un atrevido prometió no dejar las convicciones en la puerta de la Casa de Gobierno. En 2005, en un acto en Mar del Plata, dejaron al margen el plan por excelencia del imperialismo norteamericano, liberalismo, incompetente para la identidad y dignidad del cono sur. “ALCA, al carajoˮ dijo Hugo Chávez. Y todavía quedaba reconocernos como hermanos. Hasta que Néstor intervino en un conflicto entre Colombia y Venezuela y demostró, también, qué era la resolución pacífica de conflictos. Qué era la Patria Grande, pero sobre todo qué era la lucha mancomunada de países hermanos.
Más tarde vino la incorporación de países asociados a MERCOSUR y las Cumbres Sociales, la creación de la CELAC, y la mismísima UNASUR. Y esta visita de Maduro fue eso, Néstor y la UNASUR. A tres años de su designación como Secretario General. Por haber sido quien demostró de qué se trataba la hermandad latinoamericana.
Hombres como ellos no mueren, se siembran. Y a las 18 horas Maduro se encargó de demostrarlo. “Chávez vive, la lucha sigue. Néstor vive, la lucha sigue. Evita vive, la lucha sigue. Los pueblos viven y la lucha sigueˮ, afirmó, y el estadio estalló.
“Alerta que camina la espada de Bolivar por América Latina”, se escuchaba en el estadio repleto de banderas que flameaban. Allí estuvo presente la Patria Grande, esa con la que Néstor y Chávez soñaron y por la que tanto lucharon. Esa Patria Grande que, producto del trabajo mancomunado de los países hermanados, le da cada día más fuerza y más soberanía a la región.