Al igual que la marea roja despidiéndolo en su Tierra, una marea celeste y blanca salió a las calles durante la noche del martes 5 de marzo para hacerle saber a los argentinos que hoy la Patria Grande vive en el pueblo.
Este modelo nacional y la militancia que lo enarbola nunca olvidará tus fuertes convicciones, enterrando en cada conquista ganada para Latinoamérica a décadas de neoliberalismo que se asomaban desde el norte. Nunca olvidará este puedo aquellas palabras enérgicas ese 5 de noviembre en Mar del Plata, cuando se consolidaba desde ese día para siempre la región y tu fiel relación con este proyecto de país.
Acá te lloramos pero te sentimos también insoportablemente vivo como a nuestro compañero, tu amigo. Sabemos, como lo supimos aquel octubre de 2010, que no es momento de bajar los brazos sino de seguir construyendo y fortalecer junto a nuestra conductora y a nuestros países hermanos, el legado que la vida no los dejó terminar.
Con alegría, con amor y con convicción porque entendemos que el futuro ya llegó y encuentra a nuestra Patria Grande, más unida y organizada que nunca.