Salta a la vista que quienes definen la línea editorial de Clarín le impartieron a su periodista Arcadio Oña una orden que ni por asomo logró cumplir. El 23 de septiembre, hace más de un mes, el Viceministro de Economía Axel Kicillof realizó una extensa fundamentación del proyecto de ley de Presupuesto 2013 en la Cámara de Diputados. En el día de ayer, Clarín publicó una lamentable nota firmada por Oña titulada “Las patinadas de Axel Kicillof en Diputadosˮ.
¿Por qué se demoró tanto la investigación? El propio periodista se encarga de señalarlo en su artículo, casi como si estuviera lamentándose por el pesado trabajo que le confiaron sus patrones: habla de la “larguísima exposiciónˮ de Kicillof, de las “cuatro horas, cerca de seis sumando respuestas a los legisladoresˮ y de “las 165 carillas de la versión taquigráficaˮ. Si la tarea que le encomendaron a Oña fue criticar los argumentos, las estadísticas o las ideas contenidas en la exposición de Kicillof, material para investigar evidentemente no le faltaba. Sin embargo, los únicos datos certeros que menciona en toda su nota son esos: 4 horas de exposición y 165 carillas de transcripción. El resto no es más que los acostumbrados lugares comunes con los que Clarín pretende sustituir los hechos de la realidad.
En su exposición, Kicillof, además de referirse a las proyecciones macroeconómicas que dan sustento al Presupuesto 2013 se refirió a algunas cuestiones centrales para comprender la economía actual: la difícil situación económica mundial y sus perspectiva, los efectos de la crisis europea sobre la economía argentina, los caracteres principales del modelo de crecimiento con inclusión social y los avances del proceso de reindustrialización del país en los nueve años de gobierno de Néstor Kichner y Cristina Fernandez de Kichner.
Sobre estos temas de indudable importancia los lectores de Clarín no tuvieron ni la más mínima referencia. La lupa desenfocada de Oña se abocó en cambio ˮ“sin éxito- a buscar algún exabrupto, alguna equivocación, algún detalle que pueda indignar a su inflamada tribuna. Pero no encontró nada. De manera que lo único que pudo hacer para cumplir con Clarín fue repasar una vez más el repertorio de seudocríticas a las políticas del gobierno.
Sobre las jubilaciones, luego de aceptar que la mínima creció desde 2003 un 1.153%, tal como señaló Kicillof, sostiene, sin ningún rigor que la inflación de este año es de 24% o 25%. Sin embargo omite decir que el incremento de la jubilación mínima es más del doble que cualquier índice de inflación que se utilice.
Sostiene además que las “trabasˮ a la importación de bienes de capital son la causa de la caída de la inversión en 2012. El argumento no resiste el menor análisis. Tal como afirmó la Presidenta, los mismos que durante años atribuyeron las tasas de crecimiento más altas de la historia del país al contexto internacional (el famoso “viento de colaˮ) ahora niegan cualquier efecto de la crisis mundial sobre la economía nacional. Así, cuando a Argentina le va bien es porque se contagia del exterior y cuando le va mal es por culpa del gobierno. No es de extrañar entonces que Oña omita mencionar que en esta situación internacional adversa, las exportaciones argentinas se redujeron durante el primer trimestre en un 3% por la desaceleración mundial, pero el Producto Bruto Interno continuó expandiéndose al 2% gracias a que el consumo privado continuó creciendo durante ese mismo período a una tasa de 6% y el consumo público al 8%.
Medidas como el Plan de vivienda PROCREAR y el reciente incremento de la Asignación Universal por Hijo permiten que la economía local siga expandiéndose mientras el mundo atraviesa una recesión. Oña parece no haberse enterado de los múltiples ataques de algunos integrantes de los partidos de oposición contra la Asignación Universal por Hijo, cuando declararon que se iba “por la canaleta de dos cuestiones: el juego y la drogaˮ (Sanz); o que hay más chicas embarazadas “por esa platita extraˮ (Del Sel).
Por último, Oña también se encarga de poner en duda el proceso de reindustrialización iniciado en 2003. Pero las estadísticas que lo demuestran son elocuentes. Entre 2003 y 2011 las exportaciones de manufacturas de origen industrial se expandieron un 158%, la industria creció un 9,7% anual acumulativo (por encima de la ya altísima tasa de expansión del PIB, que fue de 7,7% en ese mismo período), la tasa de inversión alcanzí² en 2011 un máximo histórico de 24,5%, ese mismo año la industria automotriz marcó su record de producción con 826 mil unidades; y Argentina, según datos de CEPAL, fue la única economía de la región que no se reprimarizó en los últimos años. Sin embargo, ninguno de estos datos mencionados por Kicillof se reproducen en el artí¬culo de Oña. Por el contrario, que se haya revertido el ciclo neoliberal de los noventa y que los argentinos estemos viviendo una nueva etapa de crecimiento e inclusión son justamente los hechos que Clarín quiere ignorar y hacer invisibles para sus lectores.