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Una sentencia histórica para un momento histórico.

En el dí­a de ayer toda la sociedad argentina vivió un momento histórico, por más que
muchos de los grandes medios no lo reflejen. La justicia argentina dictaminó que existió un
plan sistemático de apropiación de bebés en la última dictadura cí­vico-militar que nos tocó
sufrir a todos los argentinos.

Sin dudas la resistencia que opusieron nuestras queridas Abuelas y Madres de Plaza de
Mayo en los años en los que en la Argentina reinaba la impunidad y luego las polí­ticas de
Estado que llevaron adelante Néstor y Cristina nos transformaron en ejemplo mundial en
materia de Derechos Humanos. Un ejemplo más de que Néstor fue un visionario: cuando
tomó las riendas de nuestro paí­s, en aquel 2003 devastado, se aferró a uno de los pocos
actores sociales que habí­an mantenido coherencia y compromiso y que nunca habí­an
bajado sus banderas: los Organismos de Derechos Humanos. Néstor hizo propia esa lucha y
empezó a construir un paí­s distinto, nos devolvió nuestra identidad. Cristina profundizó ese
camino y fue por más: gracias a su decisión polí­tica hoy estamos sentando en el banquillo
de los acusados a los verdaderos responsables del genocidio, a los que se beneficiaron con
la implantación de un modelo de exclusión, como Blaquier.

La importancia de esta sentencia trasciende la fronteras de nuestro territorio, saber
que existió este plan sistemático marca un antecedente que ninguna sociedades puede
obviar; en el marco de un genocidio siempre se cometen delitos aberrantes y muchas
veces es complejo conseguir las pruebas para demostrar esos delitos, pero los 105
nietos recuperados, los más de 400 nietos que faltan, las maternidades clandestinas, los
apropiadores y sus ví­nculos con los militares no hacen más que confirmar el fallo del
tribunal.

A lo largo de estos años escuchamos justificaciones y acusaciones de todo tipo: que fue
sistemática la devolución, que sólo se trató de 7 u 8 casos, hechos aislados, que nuestras
madres nos usaron de escudo humano. Escuchamos también decir a aquellos que nos
conocí­an desde antes de recuperar nuestra identidad cosas como “No podés hacer esto a tus
padres que te dieron todoˮ, frases que a partir de hoy empezarán a quedar en el olvido.

Nuestras queridas Abuelas nos siguen enseñando algo que es crucial para cualquier ámbito
de la vida: ellas son un conjunto de mujeres unidas por la tragedia, el dolor y el amor, muy
distintas entre sí­, con diferencias polí­ticas, sociales, de todo tipo, pero siempre dejaron de
lado las cosas que las separaban y jamás se corrieron del objetivo que las uní­a, encontrar a
los nietos. Eso las colocó en la historia grande argentina.

Lamentablemente muchos de los familiares de ví­ctimas del Terrorismo de Estado de
nuestra Latinoamérica jamás pudieron ver sentados en el banquillo de los acusados a los
asesinos de sus seres queridos; en otros paí­ses se empiezan a abrir investigaciones gracias
a la presión que genera la existencia de un paí­s vecino sin impunidad. Nuestra Argentina
es ejemplo, avanzamos a pasos de gigantes. En nuestra Patria estamos juzgando las
responsabilidades civiles y la los grupos económicos.

50 años para Jorge Eduardo Videla, 40 para Antonio Vañek, 30 para Jorge “Tigre Acosta,
20 años para Santiago Omar Riveros, 15 para Reynaldo Benito Bignone, 15 para Victor
Gallo, 14 años para Juan Antonio Azic, 10 para Jorge Luis Magnacco y 5 años para Susana
Colombo son algunas de las penas que nos dejó esta sentencia histórica para este momento
histórico que recorremos todos los argentinos

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Anoche, el Ministerio de Capital Humano anunció que habían “acordado” con el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) un aumento del 140% en la partida de gastos en funcionamiento de las universidades y la duplicación del gasto destinado a hospitales universitarios. Esto sirvió como palanca para que, desde las instituciones y sus tuiteros y medios afines, comenzaran a instalar que recompusieron el presupuesto universitario.
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La Cámpora en Filosofía y Letras – UBA despide con mucho dolor y profundo agradecimiento a la compañera Florencia Jakubowicz.