Desde las 00 hs del 10 de diciembre, la militancia de La Cámpora y la Juventud Peronista de todo el país, fueron llenando la Plaza de los Dos Congresos.
Hacía semanas que las organizaciones preparaban el festejo y la marcha que seguiría a la compañera Cristina Fernández de Kirchner desde el Congreso Nacional hasta la Casa Rosada, una vez realizada la asunción de su nuevo mandato presidencial. El ordenamiento de la columna, la ocupación de los espacios, los cordones de contención, fueron tareas que demandaron mucho esfuerzo y una planificación exhaustiva.
Los compañeros arribaron a la ciudad en colectivos y trenes desde todos los rincones del país. Mate, bombos y redoblantes cobraron protagonismo en el transcurso de la mañana. Los militantes se fueron ubicando con flameadores y banderas desde la calle Entre Ríos, donde da el frente principal del Palacio del Congreso de la Nación, formando un camino sobre la calle Rivadavia hasta la Avenida de Mayo, cubriendo de esta forma, el recorrido que la presidenta haría con el auto después de la asunción.
“Somos de la gloriosa juventud peronista, somos los herederos de Perón y de Evitaˮ cantaba la militancia de todas las organizaciones que se había acercado hasta la Plaza cuando Cristina Fernández de Kirchner arribó al Congreso para asumir su nuevo mandato.
La pantalla gigante montada afuera permitió que la multitud pueda ser testigo de la transmisión en directo del acontecimiento. El sol pegaba fuerte y el calor era intenso. Un compañero se envolvía la cabeza con una bandera que rezaba “La Cámpora Jujuyˮ, otros improvisaban con diarios gorros que servían de protección. Se formó una cola de gente ante una pérdida de agua que había en una de las esquinas de los canteros de la plaza, donde se llenaban botellas que luego eran vaciadas sobre las cabezas para evitar la insolación.
Los cantos se fueron apagando cuando se escuchó la voz de Cristina. Algunos se adueñaron de las escasas sombras y el discurso se escuchó con atención.Hubo emoción en algunos rostros cuando tomó juramento y mencionó a Néstor. Expresiones de concentración y aprobación mientras se escuchaba el balance de la gestión culminada y momentos de aplausos y cantos, como cuando hizo referencia al aumento del PBI que se destina a la educación.
La militancia y el pueblo cubrieron todo el camino que recorrió el auto de la presidenta. Ella saludaba con rostro alegre cada uno de los gritos de fuerza y alegría. Las vallas se fueron abriendo detrás y la multitud empezó a avanzar sobre la Avenida de Mayo con bombos, murgas, banderas y cantos hasta la Casa Rosada.
Una postal de la jornada fueron los bomberos quienes cumplieron un rol de contención mojando esporádicamente a la multitud acalorada y los camiones de AySA apostados en algunas de las esquinas de Plaza de Mayo, pero nada pudo evitar que muchos se arremangaran remeras y pantalones y se metieran de lleno en la fuente de la Avenida 9 de julio.
Una vez que las columnas entraron a la Plaza de Mayo, donde un festival bandas y cantantes estaba programado, se esperaba otro momento histórico para la democracia argentina: la jura de todo el gabinete que acompañará a Cristina Fernández de Kirchner en la próxima gestión.