En el mismo lugar donde ocho años atrás í‰l confesaba que formaba “parte de una generación diezmada, castigada con dolorosas ausenciasˮ. El mismo escenario donde había dicho que se sumaba “a las luchas políticas creyendo en valores y conviccionesˮ que no pensaba dejar “en la puerta de entrada de la Casa Rosadaˮ. Ese lugar donde Ella hacía historia y se convertía en la primera mujer Presidenta. Fue en ese mismo lugar donde El y Ella juraron no dejar sus convicciones y luchar por una Patria mejor, donde hoy se jura también por ellos y por la militancia.
Néstor decía que había soñado toda su vida que nuestro país se podía cambiar para bien y sentado allí con la banda presidencial un 25 de mayo de 2003 aclaraba que llegaba sin rencores, pero con memoria: “Memoria sin rencor que es aprendizaje político, balance histórico y desafío actual de gestiónˮ. Cristina, tras haber recibido de manos de su compañero el bastón, expresaba un 10 de diciembre de 2007 que ellos eran “miembros de una generación que creyó en ideales y en convicciones y que ni aún, ante el fracaso y la muerteˮ perdieron las ilusiones y las fuerzas para cambiar al mundo.
En aquel discurso la Presidenta agregó: “Tal vez, estemos un poco más modestos y humildes. En aquellos años soñábamos con cambiar el mundo, ahora nos conformamos con cambiar nuestro País, nuestra casaˮ y vaya si ha cambiado nuestro país en los últimos ocho años que en el mismo lugar que hace 10 años se oían los ecos de la calle que pedía que se vayan todos, hoy se canta “Y ya lo ve y ya lo ve, volvió al Congreso la Jotapéˮ.
El pasado martes 6 de diciembre, la juventud del Bicentenario cumplió su cita con la historia. El lugar indicado, el tiempo justo: el aquí y ahora. Como pasó en los últimos meses, la presencia de í‰l fue central, se hizo presente en cada juramento por la Patria a la que í‰l defendió. Se hizo presente en cada canto de los pibes que desde los palcos se emocionaban de ver a sus compañeros de militancia asumir la responsabilidad de votar y defender leyes a favor del Pueblo para seguir profundizando el Proyecto, se aparecía en cada una de las manos extendidas que resumían las manos unidas de todos los que abrazamos a Cristina el 27 de octubre de 2010.
Fue una jornada histórica. La mística de las calles se trasladó al recinto. Ahí estaba el Cuervo, Wado, Luchy, Mayra, Marcelo, Marcos y Anabell. Ahí estaba cada compañero de La Cámpora que en cada rincón del país militó para que Cristina “gane de vueltaˮ y que está representado por los diputados militantes, porque ellos sonˮ¦militantes, como lo fue Néstor, como lo es Cristina. Es lo que siempre serán.
Somos la juventud que se organizó, que ganó en conciencia colectiva y en movilización popular a partir de la profundización del modelo. Creemos que es el momento histórico para liberar definitivamente a la Patria. Fuimos parte de las disputas por la redistribución del ingreso a partir de la resolución 125, luego vino la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, la recuperación de los Fondos previsionales, la Re-Estatización de Aerolíneas y el Matrimonio igualitario, las pruebas definitivas de la consolidación de una forma de hacer política: no negociar jamás con las corporaciones, no dejar nunca de lado las convicciones.
Llegamos al Congreso con su recuerdo, con sus convicciones, con memoria y con la certeza de que Cristina está haciendo la historia grande de nuestro País y que estamos aquí para caminar por la avenida de la Patria junto a Ella.
Néstor sabía hacia dónde íbamos y hacia dónde no queríamos volver, y nos convocó para acompañarlo en el desafío que la historia demandaba: el cambio. Cristina, que el próximo sábado reasumirá como Presidenta de la Nación, cuenta con nosotros para seguir construyendo la Patria Grande Libre, Justa y Soberana por la cual í‰l y miles de compañeros dieron la vida.