El 15 de agosto de 1972, en la postrimería del gobierno dictatorial del general Alejandro Agustín Lanusse, veinticinco presos políticos pertenecientes al PRT-ERP (Partido Revolucionario de los Trabajadores-Ejército Revolucionario del Pueblo); las FAR (Fuerzas Armadas Revolucionarias) y Montoneros, se fugaron del penal de Rawson en la provincia de Chubut. Seis de ellos lograron llegar al Chile de Salvador Allende. Diecinueve no alcanzaron a subir al avión. Se entregaron luego de acordar públicamente garantías para su integridad física. El 22 de agosto los diecinueve prisioneros fueron fusilados a mansalva con ráfagas de ametralladoras en la base naval Almirante Zar.
Como antes había sucedido en la masacre de José León Suárez, algunos sobrevivieron para contar la historia, para mantener viva la memoria, para no olvidar, ni perdonar.
Así se escribía otra de las páginas negras de nuestra historia reciente. Caracterizada por la violencia, el derramamiento de sangre y el actuar traicionero y antipatriótico de las Fuerzas Armadas de aquel entonces, funcionales al imperio y a la construcción de una Argentina dependiente y entregada a los intereses de los grupos económicos trasnacionales que azotaron el destino de nuestra patria.
Este negro suceso formo parte de la lucha y el compromiso militante de una generación que no dejó sus intereses ni aún ante el fuego militar.
Esos compañeros que dieron la vida por la consigna de la vuelta de Perón, la liberación nacional y la construcción de una Patria libre, justa y soberana viven en la memoria de todos los que somos consientes de que la lucha aún no termina.
Seis meses después de la masacre, se cumplía el objetivo, el 11 de marzo del `73 Cámpora ˮ“ Solano Lima triunfan en las elecciones presidenciales. Cámpora al gobierno, Perón al Poder.
La Cámpora, a través de los compañeros de La Cámpora Chubut, se hizo presente en los actos conmemorativos de aquella masacre y en el homenaje a todos los caídos en la lucha por nuestros sueños nacionales.
Somos la nueva juventud, heredera de aquella valiente juventud del 60 y el 70. Tenemos el honor del liderazgo espiritual del Compañero Néstor Kirchner, parte de aquella generación, que llego al poder en 2003 y sin dejar los ideales en la puerta de la casa de gobierno llevo más alta que nunca la bandera de la lucha por la liberación nacional.
Más allá de todo fanatismo, la lucha por los derechos humanos no es patrimonio de nadie en particular, nadie puede declamar su titularidad para un partido o bandera política. Las conquistas logradas por el Gobierno de Néstor Kirchner y la profundización de la política de derechos humanos lograda durante este gobierno, se ha hecho desde y para todo el pueblo argentino como única víctima del terrorismo de estado.
Compañeros caídos en Trelew presenteˮ¦. Ahora y siempre.