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Juicio y Castigo ( ¿Adónde vas?)

Juicio y castigo a los responsable del asesinato de Mariano Ferreyra. Ni un joven menos.

¿Adónde vas, Jorge Altamira? Carta de Norberto Galasso a Jorge Altamira, lí­der del PO.

Nunca nos hemos tratado, pero nos conocemos y tenemos un punto teórico común: es necesario crear la sociedad solidaria, igualitaria, donde brote y se consolide el Hombre Nuevo. Eso creo yo y ahí­ pongo mis modestos esfuerzos: en la liberación nacional y social de una América Latina unida. Vos decí­s que también luchás por ese objetivo. Entonces, me creo con el derecho a preguntarte: ¿Adónde vas, Altamira? ¿Adónde? ¿A qué conduce tu polí­tica?.

Disculpame, pero yo no creo que en lo profundo de vos mismo puedas suponer que la interrupción del kirchnerismo en el gobierno va a llevar al P.O. a la Casa Rosada, ni tampoco que le va a provocar un gran crecimiento polí­tico.

No. No creo que estés tan al margen del desarrollo de la lucha de clases ni que, en nombre del marxismo, saques conclusiones que sólo es posible admitir en un adolescente generoso y utópico ˮ“de esos que, en pequeño número, te siguen- y que cree que se puede asaltar el cielo así­ como así­, mañana mismo, con la revolución perfecta, completita, sin contradicción, ni imperfección alguna.

No. A los pibes los entiendo ˮ“ a “tus pibesˮ- y eso me duele porque así­ seguramente pensaba el pibe Ferreyra. Porque a los 18 o los 22 años es posible querer salir de las desgracias, del desaliento, de la injusticia, luchando contra todos al mismo tiempo y de una vez, a todo o nada.

Lo lamento por los pibes porque ellos ponen el cuerpo y la derecha no anda con vueltas. Pero, a vos no te lo puedo entender. Vos viste lo que pasó con el corte de ví­as el otro dí­a: 20 muchachos rebeldes, en nombre de 60 compañeros tercerizados, provocaron la bronca de miles de usuarios del ferrocarril en Plaza Constitución y esa bronca fue usada por grupos duhaldistas y macristas, por las barras bravas de Barrionuevo, por los comandos de Ritondo, por las bandas de Duhalde.

No es como dice tu compañero Ramal que “serí­a delirante suponer que el P.O. cortaba en Avellaneda y también el P.O. actuabaˮ en Plaza Constitución. Si algo hay delirante es precisamente lo de Ramal, porque nadie seriamente ha dicho eso.

Lo ocurrido es que, en los hechos, esos muchachitos idealistas que cortaron las ví­as quedaron aliados, en un mismo operativo de pinzas que vos no previste pero se dio en los hechos, con las bandas de derecha.

Entonces, cuando dicen “el P.O. aliado al duhaldismoˮ no te enojés: en la teorí­a no es así­; en los hechos, sí­. Es decir, en la polí­tica concreta, el macrista Ritondo es aliado tuyo, y también Cecilia Pando y Posse y Redrado y Puerta y Barrionuevo y Toma.

Vos y tus compañeros atacan al gobierno porque lo que no ha hecho, por lo que falta; ellos lo quieren voltear por lo que ha hecho y lo que ha hecho es suficiente para que no lo soporten. Pero en conjunto vos y ellos creen que es conveniente interrumpir el avance del kirhcnerismo, es decir, la reelección de Cristina.

Claro, ellos, la derecha, están en lo suyo, no soportan la Ley de Medios, no soportan el recupero de los aportes jubilatorios por el Estado, ni el Unasur, ni tampoco la Asignación Universal por hijo, ni ponerle coto al FMI.

Ellos están molestos por el protagonismo popular, por “los oscuramente pigmentadosˮ (como decí­a el conservador Reinaldo Pastor) y entonces dicen ahora, haciéndole ˮ˜el bochoˮ™ a los vecinos más reaccionarios: “Somos xenófobos y ¿qué?: los bolivianos y paraguayos nos ocupan las escuelas y los hospitalesˮ.

Pero vos no podes coincidir con eso. Ya sé que no coincidí­s en la teorí­a, pero en los hechos, sí­. En la teorí­a vos sabés de la gesta altoperuana contra los realistas y seguramente sabés del “Moto Méndezˮ y “el indio Camargoˮy Juana Azurduyˮ y tenés afecto por bolivianos y paraguayos ( ¡Cómo no tenerlo por Solano López, .compañero de lucha contra el mitrismo oligárquico financiado por el Imperio Británico) pero, sin embargo, vos tocás en la misma orquesta de los xenófobos.

Es en la misma orquesta, mi viejo, aunque no estés orquestado en conspiraciones de café. En los hechos, sí­.

Por eso te repito: ¿Adónde vas, Altamira?. Porque vos debieras saber, lo sabés, supongo, que en polí­tica es fundamental conocer al enemigo principal (manual elemental de todo socialista en serio).

Y no podés confundir al gobierno -con todas las asignaturas pendientes que vos quieras- con la alianza Duhalde, Macri, Pando y todos los que ya conocemos.

No. Eso no te lo voy a entender nunca, ni a justificar.

Por otra parte, vos te formaste en una concepción de la polí­tica que otorgaba importancia fundamental, al conocimiento de la correlación de fuerzas. Hay que preguntarse, en cada momento de la lucha, cuál es la correlación de fuerzas. Esto lo aprendiste, como yo, hace muchos años, en los manualitos del socialismo, es el ABC, el primero inferior, como se decí­a en nuestros tiempos.

Y entonces, ¿cuáles son las opciones en juego?. No me explico como no entendés las fuerzas en juego y la opción consiguiente: la vuelta al 2001 o a 1942, según algunos, es decir, el retroceso profundo con respecto a los avances del kirchnerismo, con todas las imitaciones en que probablemente vos y yo coincidamos o la prosecución y profundización de lo que se está haciendo desde el gobierno.

¡Y no podés decirme a mí­ que aprendiste en los textos clásicos que estas son luchas interburguesas y que es lo mismo Cristina en el gobierno que la Pando o Duhalde? No, vos sabés que no podés decirme eso, porque eso te invalidarí­a para actuar concretamente en las luchas polí­ticas que se están dando hoy y aquí­. .

Vos viviste muchas cosas, Altamira, como las viví­ yo. ¿O perdiste la memoria? Y las que no viviste, te informaste por una abundante literatura polí­tica. ¿ Qué hizo la izquierda abstracta , toda la izquierda, desde anarquistas, socialistas, comunistas hasta trotskistas, en el 30?. Todos contra Yrigoyen.

Y vino Uriburu, y después él mismo se encargó de torturar y fusilar, incluso a algunos de estos izquierdistas teóricos que habí­an sido funcionales a esa derecha fascista. ¿Era lo mismo Uriburu que Yrigoyen? Evidentemente, no.

¿Habí­a que hacerse irigoyenista, en ese principio de la decadencia del radicalismo? Tampoco. ¿Correspondí­a colocarse al margen de esa lucha porque eran luchas interburguesas? Menos aún.

La única polí­tica correcta era la que enseñan los clásicos: al lado del irigoyenismo, con independencia, junto a la clase media que hací­a su experiencia de poder y evidenciaba sus limitaciones.

Porque no fue por las limitaciones sino por los aciertos que torturaron y asesinaron radicales en 1931 y habí­a que estar ahí­, contra la dictadura y al mismo tiempo junto a “la resistencia radicalˮ denunciando al alvearismo entreguista.

Claro que después el radicalismo terminó en De la Rúa y todo lo que conocemos, pero eso no significa que hubiese que atacarlo en su mejor momento, cuando tení­an a la mayorí­a popular apoyándolo.

Vos lo sabés bien, porque eso se llama “dialécticaˮ que en lenguaje de barrio quiere decir: no hay que dejar de enamorar a una mina de 20 años pensando que dentro de 60 años estará arrugada y desdentada.

O de otra manera: la degradación del menemismo no justifica a quienes estuvieron con Braden y contra Perón, en el 45.

No puedo creer que no me entiendas, porque entonces serí­a vano este escrito, inútil totalmente. Y no me digas, tampoco “en esa época, nosotros éramos muy chiquitos y nos hací­amos pipí­ en la camaˮ, porque te contestaré como Jauretche, lo peor es que siguen meando en la cama también ahora.

Porque también en el 45 y en el 55 sucedió lo mismo, salvo la posición de “Frente Obreroˮ y sus seguidores de la Izquierda Nacional, que salvaron el honor del socialismo revolucionario junto a los trabajadores peronistas. .

De lo que ocurrió después que cayó Perón, ¿te acordás?, sin duda, ¿Qué vino? ¿El socialismo, acaso? Sí­, quizás el de “Norteaméricoˮ Ghioldi justificando los fusilamientos del 56 porque “la letra con sangre entraˮ.

No eran lo mismo Perón y el Alte Rojas, lo sabe cualquier laburante sin haber leí­do jamás a don Carlos ni a Vladimiro Ilich. Lo sabe porque está en la realidad de la lucha de clases, aunque no sepa lo que es la lucha de clases que la mayor parte de la izquierda predica en los fermentarios y talleres de formación con las ventanas cerradas a lo que ocurre en la calle.

¿Puede ser que no me entiendas? Y no te confundas, te lo digo otra vez. Yo no te digo que te hagas kirchnerista. Te digo solamente que no se es izquierda cuando se califica a todos los demás de ser lo mismo, burgueses, echando fuegos de artificio que ilusiona a los adolescentes.

Se es izquierda en la acción polí­tica concreta y aquí­, en América Latina, con años de dependencia y expoliación, cuando aparecen gobiernos con vocación popular-quizás vos digas burgueses disfrazados de populismo- yo no pido que abandones tu organización y te incorpores, a ellos, sino que te pongas al lado.

No al lado de la derecha y en contra de ese gobierno. Te lo dijo Lenin, Altamira: “golpear juntos, marchar separadosˮ.

“Juntoˮ con las mayorí­as populares, aunque las direcciones polí­ticas no sean todo lo que vos quisieras. Y “separadosˮ, es decir, manteniendo la independencia ideológica, polí­tica y organizativa, pero jamás serle funcional a la derecha. No, mi viejo.

Porque entonces vas entrando en un juego en que puede caer sobre vos la responsabilidad de lo que ocurra a militantes que son ví­ctimas de enfrentamientos como los que hemos visto, heridos o muertos para que en definitiva no se haga la revolución, sino para que la derecha llegue al poder y persiga a los pocos que te queden.

Hace pocos dí­as lo dijo Rafael Correa, con respecto a su intento de darle una salida popular al Ecuador, protestando porque una “izquierdaˮ, ala que llamó “bobaˮ, se complace en atacarlo haciéndolo el juego a la derecha.

Lo mismo dice Hugo Chávez respecto a furibundos ex guerrilleros que se le oponen haciéndole el juego a los dueños de la televisión y los grandes grupos económicos de Venezuela.

¿ No bastan acaso las fotos del lanzamiento de la candidatura de Duhalde, con el macrista Ritondo y la procesita Pando, obras maestras del terror?. Son ellos los que acechan, los que quieren volver, quieren otros treinta mil desaparecidos, de los cuales caerán también muchos de los tuyos.

Y no podés hacerle el juego. No podés crear condiciones para que los diarios digan “ EL P.O. en Avellaneda y el duhaldismo y el macrismo, en la Plaza Constitución, operaron contra el gobierno y provocaron incidentesˮ. No, mi viejo, no podés. Serí­a un error graví­simo y en polí­tica, ya lo sabés, un grave error es peor que un crimen.

Porque en estos paí­ses los movimientos nacionales y populares jugaron un papel importante, aunque hayan sido inorgánicos, tumultuosos, “oro y barroˮ, “abismos y cumbresˮ, como decí­a Jauretche, pero en el balance final expresaron avances populares, tanto Yrigoyen como Perón.

A veces, los periodistas dicen que en la Argentina no hay izquierda real. Y claro, si grupos semejantes al tuyo confundieron a Biolcati con Mao Tse Tung y a Llambí­as con Trotsky y se colocaron alrededor de “la mesa de enlace agropecuarioˮ enfrentando al gobierno junto a las señoras “bienˮ del Barrio Norte y los grandes sojeros.

En esa ocasión, vos estuviste mejor que ellos, pero no bien. No apoyaste a los ganaderos, pero dijiste que eran luchas interbuguresas. Pero, entonces, decime, ¿toda la historia argentina son luchas interburguesas que no deben importarle a los trabajadores?.

Yrigoyen derrocado por los conservadores, Perón enfrentado a Braden y luego derrocado y desterrado, Moreno envenenado y San Martí­n enfrentado a Rivadavia Y Sarmiento festejando el degí¼ello del Chacho Peñaloza,.

Una historia de luchas, sangre y muerte . ¡Y si eso no es lucha de clases, ¿las clases dónde están? ¿Todos son lo mismo, burguesas y todas los enfrentamientos, bombardeos, fusilamientos, etc, son luchas interburguesas?.

Si pensamos eso, mejor será que nos dediquemos a la pintura abstracta o a aprender a tocar el violí­n que con eso no jodemos a nadie. Y esperemos que algún dí­a, allá lejos, cuando aparezca otro cordobazo, pero con una vanguardia iluminada, ortodoxamente formada en nuestras academias de socialismo revolucionario , volvamos quizás a la polí­tica, pero podrí­a ocurrir entonces que los trabajadores ya hayan forjado sus dirigentes, algunos socialdemócratas, otras burocratizados, otros “fierrerosˮ que se yo, pero que no reconozcan a quienes durante toda la historia argentina no incidieron para nada y sacaron el 1% de los votos por sostener que millones de argentinos imbéciles se peleaban por diferencias “burguesasˮ y no por el socialismo .

Sabemos, desde la Izquierda Nacional, que no es fácil ese “golpear juntosˮ y marchar separados. Inclusive hago autocrí­tica cuando Ramos se presentó con candidatura propia el 11 de marzo del 73 porque sostení­a que era lo mismo Cámpora que los radicales y los candidatos del gobierno militar.

Fue un grave error, y ni que hablar del apoyo a Menem, por eso muchos izquierdistas nacionales se colocan a distancia de la historia de Ramos. Pero esta corriente ha sostenido, en general, la única posición correcta, de acompañar a todos los movimientos nacionales de América Latina desde una perspectiva independiente y colocarse claramente frente al enemigo común que, como se sabe, es el imperialismo y los traidores nativos.

Desde esa perspectiva coincidimos en la valoración del peronismo con Cooke, Hernández Arregui, Puigross , Walsh y tantos otros, pero insistiendo que era más correcto jugar por afuera y no intentar forjar la izquierda desde adentro. Pero lo que no dudábamos, en la relación con ellos, fue que los trabajadores estaban haciendo su experiencia y debí­a acompañárselos y enfrentar al enemigo principal.

Ahora la polémica sigue con motivo de las posiciones del P.O. Y te lo repito: ni oposición implacable al movimiento nacional, como la tuya, ni seguidismo. Pero la tuya puede ser más peligrosa. Porque la derecha sabe hoy que pierde en primera vuelta y va a provocar conflictos durante todo el 2011. Y ustedes no pueden estar ahí­, ni cerquita, ¿entendés?.

Haceme caso, Altamira, pensalo a la noche, en el silencio de la medianoche, pensá en los pibes que podés arriesgar y hacerlos jugar de modo funcional a la derecha, porque no hay que hacerle asco a poner el cuerpo pero solo cuando polí­ticamente tiene sentido el peligro que se corre.

Mártires porque sí­ no benefician a nadie sino que enlutan y suman desgracias a las que ya hemos sufrido. Pensá en la derecha que acecha, pensá que pasarí­a si se hunde este gobierno.

Vos y yo ya estamos más cerca del arpa que de la guitarra y entonces, seguí­ el consejo de Julián Centeya: En “el finirla, está la salvadaˮ. Ahí­ uno se puede redimir de viejos pecados.

Todaví­a estás a tiempo y entonces, te lo digo de nuevo, no se trata de hacerte kirchnerista, sino de colocarte crí­ticamente pero acompañando al pueblo en su experiencia. nacional, popular.

Y te lo digo en nombre de los Estados Unidos Socialistas de América Latina sobre los que profetizó Trotsky en 1940, por aquello que, como sabés, lo llevó a apoyar las nacionalizaciones petroleras de Lázaro Cárdenas y que en el fondo, era su teorí­a de la revolución permanente y aquello otro del frente único antiimperialista que junto con Lenin presentaron en 1922 a los congresos de la III Internacional.

Frente único antiimperialista con obreros, muchos obreros, y también con estudiantes de la pequeña burguesí­a y otros oprimidos, pero en estrecha vinculación con el nivel de conciencia polí­tica de la mayorí­a, en ese momento histórico ¿no es cierto que te acordás?.

Te lo digo yo, que soy, como decí­a Scalabrini y salvando las distancias, “uno cualquiera que sabe que es uno cualquieraˮ. No sea cosa que esta conversación la tengamos que continuar en el 2012, los dos en cana o en el exilio y preparate porque, en ese caso, entonces te lo voy a reprochar todos los dí­as, implacablemente, como esa gota de la canilla que persiste y molesta empecinadamente en la madrugada, te lo voy a repetir una y mil veces haciéndote corresponsable de la desgracia argentina si aquellos que vos sabés volvieran, aprovechando los errores de una izquierda que todaví­a no se enteró que El Che puteaba desde Guatemala contra “esos mierdas de aviadoresˮ que bombardearon a su propio pueblo aquel trágico 16 de junio de 1955.

Solo puedo agregarte que hay momentos en la vida de los hombres que lo mejor que pueden.

Ofrecer a su pueblo es una profunda autocrí­tica y un replanteo de posiciones erróneas. Ahí­ se juega su profunda adhesión al mundo nuevo que predican y por el cual dicen que están luchando. Pensalo. Un saludo.

Norberto Galasso.

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